Hay una especie de tregua después de la ritual despedida del año y antes de la cabalgata de Reyes...con todo lo que la sigue de inmediato. Es como uno de esos entreactos que separan las distintas partes de una función teatral: al fin y al cabo, no poco teatro contienen tanto la Nochevieja como el cortejo que acompaña la llegada de los Magos orientales.
Cabe aprovechas la pausa (tan breve) para ir habituándonos a la nueva cifra de este año. La mejor manera: acudiendo a la poesía, no por considerarla un medio de evasión. Todo lo contrario: de reversión, de vuelta a las realidades más auténticas, a las verdades más hondas, a la intimidad que se nos ha diluido con luces aparatosas y burbujas cava.
Un libro entre las manos. Un libro que encabeza el nombre de Marc Granell, apoyado en el subtítulo: Poesía completa. 1976-2016. Me pregunto lo que puede significar para un escritor contemplar el extenso conjunto de su obra; casi enfrentarse a una panorámica de su propia vida, algo hermoso a la vez que inquietante. Y, por supuesto, excitante para el lector. Como apunta Francesc Calafat en su importante prólogo: «La poesía dibuja el silencio entre el bullicio de la vida o el grito entre la muda agitación de la historia». En el silencio se escucha, nítida, la voz del poeta. Hace muchos años entrevisté en Radio Valencia a Marc Granell, combativo, rebelde contra la tiranía del orden social: «Diuen/ que el primer que feren els deus/ abans del segles/ fou instal·lar/ la por fins les butxaques».
«Cremàrem les naus. Totes/ També aquella plena de llum i gessamí».
Pero su poesía «estoica» -así definida por Calafat- se multiplica en facetas palpitantes. Es delicadamente amorosa en sus Versos per a Anna, gráfica y sensual en los poemas sobre grandes artistas como Van Gogh, Goya, Rodin, Modigliani, Magritte, Giacometti o Francis Bacon. Y musical, risueña, en los numerosos volúmenes dedicados al público infantil, que han hecho de Granell «el poeta más leído conocido de la gente menuda», y que los adultos leemos, encantados.
Es el mismo Marc Granell (tan justamente reconocido ahora con el premio honorífico Joan Rois de Corella) quien afirma: «La poesía, demás de un medio de comunicación, es un medio de autoconocimiento. Del autor y del lector, que funciona como ´coautor´, ya que es quien, con su lectura, acaba y cierra el poema». Gustosa lectura, la de este libro tan bellamente editado por la Institució Alfons el Magnànim en la colección dirigida por otro poeta valenciano, Vicent Berenguer, y que ha suscitado el agradecimiento formulado en estas páginas de Levante-EMV por otro de nuestros relevantes escritores: Josep Piera.
Créanme: adentrarse en el mundo de palabras, sentimiento y adivinaciones de Marc Granell es un excelente pórtico de 2018. Sea feliz para todos.
