Queridos Reyes Magos: como cada año, os escribo con la esperanza de realizar mis deseos, con la seguridad del poder de vuestra magia, con la ilusión de abrir los ojos y contemplar la realización de mis sueños.

He viajado en este tren de la vida con poco equipaje y he sufrido el desencanto de no encontrar en las estaciones de mi recorrido la verdad con la que soñaba. Muy pronto viviré una nueva parada, Cataluña, y quisiera asomarme a la ventanilla de este vagón y encontrar la esperanza. Es necesario que, este año, os pida para mis hermanos catalanes.

Quiero que entiendan que la mentira consciente, premeditada es el factor fundamental de la calumnia, de la injuria, de la corrupción. Quien ostentando el poder la utiliza como instrumento calculado de acción colectiva para así conseguir sus objetivos, es un corrupto.

Quiero que recorran un camino internacionalista, que aboguen por una mayor cooperación entre las naciones para el beneficio mutuo y por un Federalismo que se oponga al ultra nacionalismo y al chovinismo, castellano o catalán, palestino o judío. Porque yo no creo que la solución de los graves problemas del mundo sea parcelar el planeta en estados cerrados y banderas que agoten sus esfuerzos en conservar la pureza de su «nación». Decidles a los salvadores de este país que se trata de priorizar nuestra actividad política y no agotar nuestra energía en poner fronteras, nombres y dueños al paisaje, porque quien así lo hace, por muy moderno que sea, difícilmente puede llamarse progresista.

Pensad que debéis ayudarles a conseguir luchar contra la injusticia, contra el hambre, a favor de la solidaridad, de una sociedad cosmopolita, con derechos iguales para los distintos.

Rey Melchor: dejadme una España que clarifique el reparto de competencias institucionales para evitar la conflictividad actual y que establezca en el texto constitucional el listado de las competencias estatales y asigne a las comunidades todas las restantes, estableciendo así una clara igualdad entre ellas.

Rey Gaspar: os pido que por fin podáis integrar a las comunidades autónomas en el Estado mediante una reforma sustancial del Senado y así lo pudiera convertir en un instrumento útil para mejorar el funcionamiento del sistema autonómico.

Rey Baltasar: conseguid una financiación autonómica que limite la acción del legislador dentro de los actuales principios y de acuerdo con los valores de igualdad y solidaridad, que se incluya la igualdad en el acceso a los servicios públicos básicos -como sanidad y educación- en todos los territorios y que se garantice la suficiencia económica de las comunidades autónomas.

Cuando esta noche entréis, queridos Reyes, en las estancias de mi casa, recordad, no quiero la riqueza del oro, ni el aroma del incienso, ni tampoco el perfume de la mirra. Dejadme la simiente para que en mi jardín crezcan en la próxima primavera las rosas rojas.