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Maite Mercado

Industria, consumo y Diana Quer

Si la fortuna en los sorteos de lotería puede decepcionarnos por estas fechas, lo que nunca defrauda es el informe anual de Barlovento sobre la industria televisiva en nuestro país. Los datos dicen que tenemos la tele encendida 240 minutos de media al día y en esto los valencianos vamos los primeros por poco. Nuestra cadena preferida es Antena 3, que ha vuelto a ser la segunda después de Telecinco, la más seguida por sexto año consecutivo aunque con la cuota de pantalla más baja desde 1992, cuando empezaron a medirse las audiencias con seriedad.

Los canales temáticos y el consumo audiovisual multiplataforma y en streaming deja en un 36 por ciento la porción del pastel a las tres grandes, cuando en 1994 superaba el 72. Pero todo es adaptarse y tanto a Mediaset como Atresmedia les ha ido muy bien.

Como casi siempre, han triunfado las retransmisiones de los partidos de fútbol con cifras espectaculares. En la lista de las 50 emisiones más vistas solo 8 no son competiciones deportivas: las Campanadas y el especial de José Mota de Nochevieja, momentos en los que no sabemos vivir sin la tele puesta; grandes eventos como Eurovisión, un clásico para reunirse con amigos a ver las variopintas actuaciones y, sobre todo, las votaciones; el primer capítulo de «La casa de papel», una fantástica y bien promocionada serie española o el estreno de «Cincuenta sombras de Grey». Sin embargo, ambas fueron superadas por la aparición de Isabel Pantoja en «El Hormiguero». Las primeras palabras de la tonadillera tras su paso por la cárcel demostraron, una vez más, que la realidad supera a la ficción, como bien saben en los magacines que se nutren de historias de vida y de muerte, lo rosa y lo negro, narrativas que devoramos en cualquier versión, en «CSI» y en formato informativo. Los audímetros lo prueban.

Las especulaciones y cotilleos sobre la desaparición de Diana Quer se convirtieron en relleno televisivo en «El programa de Ana Rosa», «Espejo Público» y otros espacios. Todos sabemos lo que se dijo de la joven, de su familia, de sus amigos y de su pantalón rosa. No menos terrible es leer los comentarios de la gente en las redes sociales, rastros inequívocos de cómo es esta sociedad machista que sigue asumiendo con naturalidad el acoso sexual y culpabiliza a las víctimas de las agresiones. Escritos están. La televisión es un monstruo, sí; también reflejo de lo que somos.

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