Cualquiera que escriba algo, desde una obra literaria a un artículo periodístico, o incluso una carta (aunque ahora se usan ya tan poquito) ha experimentado alguna vez el síndrome del folio en blanco: esa superficie impoluta, que impone su vacío amenazador ante el que es muy fácil «quedarse en blaco», es decir, sin una sola idea que llevarse a las neuronas.
Era, por tanto, todo un reto: proponer a los diseñadores de moda que llenaran una blanca página de tejidos y materiales varios; que le dieran vida, que hicieran surgir indumentarias modernas y expresivas, siempre sobre una blancura tan inocente como peligrosa. Así surgió «Art en blanc», que realmente viene a tomar el pulso a los implicados en el fenómeno socio-artístico-industrial que es la moda. Y parece que ese pulso, rítmico y acompasado, delata buena salud de un sector que, según datos del Centro de Información Textil, sigue ganando peso en la economía española. «Art en blanc», que agrupa a una treintena de creadores, es un proyecto de Nil Comunicación auspiciado por la Generalitat, y que comenzó su andadura en Castelló. Ahora viene a València donde hará su presentación con un desfile el miércoles 24, inaugurándose la exposición de todos los modelos el viernes 26 en San Miguel de los Reyes, y allí permanecerá hasta el 18 de febrero.
Josep Lozano, comisario de «Art en blanc», ya impulsó una visión «en rojo» con el magnífico evento que fue «Sangre inédita» en 2014. La apuesta actual se hace al blanco, desafío y oportunidad que pone a prueba y exhibe la inspirada destreza de autores ya reconocidos junto a emergentes que encuentran aquí su plataforma de lanzamiento, desde el super-laureado Juan Vidal hasta Ulises Mérida; de Higinio Mateu a Yvan Andreu, con diseños femeninos, masculinos e infantiles.
La iniciativa es de largo alcance y, si en esta ocasión pone su acento en el aspecto artístico de la moda, en el futuro se plantea dedicar su atención a las otras facetas: la moda como industria o su proyección en el consumo general. «Art en blanc», una aventura que rinde cuentas del grado de preparación, inspiración y maestría de nuestros diseñadores, agita ya su bandera blanca, no como signo de rendición, sino como enseña de esperanza y fe de vida.
