El guapo Ricardo Costa ha delatado a su antiguo jefe Francisco Camps. Dice que fue Camps el que ordenó que el partido se financiara con adjudicaciones de contratos corrompidas. No le ha valido a Camps el haber nombrado, cuando podía, a la joven esposa de Costa directora general de la Mujer, ni otros favores que le hizo. Es, pues, el momento de sacar a Camps del Consell Jurídic Consultiu.

Durante la última campaña electoral Compromís prometió, si conseguía el gobierno de la Generalitat, que echaría al expresident del Jurídic, en el que el propio Camps se había preparado un puesto mediante una ley de 2002 por la que se introdujo a los expresidentes del Gobierno valenciano como vocales natos en esa institución, con voz pero sin voto.

Cuando la coalición PSOE-Compromís llegó al poder y no cambió esa ley, algún periodista pidió explicaciones a Mónica Oltra y ésta contestó que no se podía hacer porque Camps ya era miembro del Consell Jurídic y reformar la regulación de éste no podría tener efecto retroactivo. La contestación de Oltra es un solemne error, como cualquier abogado podrá confirmar, por dos razones: primero, porque una ley que modificara la composición del Consell Jurídic para lo sucesivo no afectaría al pasado, sino al futuro, de modo que no tendría efecto retroactivo. Y segundo porque la prohibición constitucional de que las leyes tengan efecto retroactivo está limitada a las penales y sancionadoras no favorables, y no es, ni de lejos, aplicable a las leyes que cambien la composición de órganos colectivos, por cierto muy frecuentes. Si Oltra tuviera dudas al respecto, podría pedir informe al mismo Consell Jurídic.

Si no se cambia la ley para echar a Camps habrá que pensar que es porque a Ximo Puig también le gusta el retiro en el Consell Jurídic -un retiro dorado de 15 años de duración- y le ha pedido a Oltra que dé alguna excusa para no cambiar la ley. Tendrá que inventar otra, la excusa que ha dado es falsa.