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Las obras de Obrador

Quien no es capaz de echarse a perder solo, recurre a las redes sociales donde hace poco pillaron a una influencer que reclamaba pasto y cama gratis a cambio de hablar bien del hotel y, hace unos días, atraparon al secretario general del PP de Elda, Iván Obrador, como fornicador ficticio en un vídeo porno de media hora. Aunque está colgado en la web de la productora, de Tenerife, desde el 2013, no ha pasado de las mil visitas. Ha hecho bien en dedicarse a la política. El señor Obrador no debería justificarse ni presentar excusas como que no cobró (mal hecho) o que no sabía que lo iban a difundir o que él no ha prestado sus apéndices a las escenas de sexo explícito. A ver si uno no va a poder hacer una porno.

A Illona Staler Cicciolina (a quien Vizcaino Casas llamaba Chocholina) el porno se sirvió como publicidad y mérito casi único para iniciar su carrera como onarabile diputada dentro del gran guiñol de la política italiana. Entonces, el porno tenía una fotografía cuidada y la óptica de las cámaras estaba protegida frente a las efusiones. Y la iluminación tenía la calidad necesaria para la práctica del buceo ginecológico. A partir de ahí todo ha sido decadencia. La culpa, de la red, que ha saqueado cancioneros y derechos de autor y convertido el porno en una sucesión insolvente de macarradas de aficionado, no hay más que leer los títulos: La zorrita zampabollos, El matorral de Batasuna (sólo para liberados) y Tomasa, la zorra pescatera (sic), la obra que cuenta con la intervención estelar de Iván Obrador.

Siempre profesionales, también en el porno. Y no hay oficio malo, sólo hijos de puta situados estratégicamente. Iván Obrador debutó en la política como asesor de comunicación (es periodista, sí). Hace años, en los consejos de redacción de la tele entretenía a mis compañeros tratando de averiguar el contenido de las pelis porno con la lectura (y comentario) de sus títulos. Mi mayor fan era una compañera muy devota y madre amantísima. Cierta izquierda es tan tonta que aún no ha descubierto que lo que le parece mal a la derecha no son los vicios, sino que los practique el servicio.

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