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Moción de censura en defensa de la igualdad

A estas alturas, les supongo al tanto de las perlas que a propósito de la discriminación salarial de las mujeres soltó el presidente del Gobierno en la primera entrevista concedida a un medio de comunicación este año. Fue el pasado 24 de enero, el mismo día en que el rey intervenía, no siendo competente para ello, en el Foro económico de Davos, por el que Mariano Rajoy ni se asomó y que este año estuvo centrado en las mujeres y la economía. Claro, para qué iba a ir, si debió pensar que no era competente, que es ni más ni menos lo que afirmó en la citada entrevista cuando Alsina le preguntó si vería positivo que se sancionara a las empresas que discriminan salarialmente a las mujeres. Dijo el presidente: «Yo creo que los gobernantes debemos ser muy cautos a la hora de saber cuáles son nuestras competencias y cuáles no. Y, desde luego, no hay ninguna que sea el igualar salarios (?) No nos metamos en eso».

Teniendo en cuenta que esto lo afirmó tras 44 minutos de entrevista durante los que se le llenó la boca hablando del cumplimiento de la Constitución y de las leyes en referencia a Cataluña (y se le vació la memoria respecto de la corrupción practicada por su partido), debe ser que lo único que conoce de la Constitución es el artículo 155. Ignora que España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho (artículo 1.1) y que, por tanto, los poderes públicos (y creo que el Gobierno lo es ¿no?) deben promover las condiciones para que la libertad y la igualdad de individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas y remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud (artículo 9.2). Que no puede prevalecer discriminación alguna por razón de sexo (artículo 14), y especialmente en el ámbito laboral (artículo 35). Y todo eso, sin tener en cuenta la abundante normativa internacional, comunitaria y estatal existente en el mismo sentido.

Pero es que la igualdad de mujeres y hombres, igual le da. Son ya muchos, demasiados ejemplos del desprecio de este Gobierno hacia las mujeres. Basta una gota (como quizá mucha gente considera las afirmaciones en esta entrevista) para que el vaso se colme y el nuestro lleva derramándose ya demasiado tiempo. No esperamos dimisiones, pero sí una defensa contundente por parte de los grupos parlamentarios de la oposición, especialmente de aquellos que, como el PSOE, poseen una trayectoria probada en materia de igualdad. Y eso, a estas alturas, sólo puede pasar ya por una moción de censura al Gobierno. No hay excusa. No nos digan que no dan los números. Porque sería como la respuesta de Rajoy: «No nos metamos en eso».

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