El pasado 16 de enero, la vicepresidenta Mónica Oltra se refería en una conferencia al «milagro valenciano» como metáfora de la bonanza económica y recuperación en el empleo en la Comunitat Valenciana en estos dos años de gestión del Consell del Botánic. Esta recuperación de todos los datos económicos que vivimos es real y fruto de una gestión eficaz, honesta y estable que desarrolla el Consell del presidente Ximo Puig en plena unión con los agentes sociales, empresarios, fuerzas sindicales y trabajadores de nuestra tierra.

Para su correcto funcionamiento, la economía requiere de estabilidad política y social que dé garantías suficientes a los agentes económicos de seguridad en sus inversiones y acciones, y este ha sido el primer elemento fundamental que había de corregir el Consell. Veníamos de una época en la que se primaba el amiguismo y las comisiones ocultas que derivaban en favoritismos en la concesión de contratos públicos, impidiendo la libre concurrencia empresarial e imposibilitando reforzar nuestra economía. Esta forma de hacer ha pasado a la historia. Ahora, nuestros empresarios saben que todos van a tener las mismas oportunidades, que todo va a depender de su esfuerzo y calidad del producto que ofrezcan y no de otras cuestiones.

Los datos en el empleo en nuestra comunidad son contundentes: en diciembre de 2015 los desempleados eran 520.000 y representaban el 21,5 % de la población en condiciones de trabajar y pasamos en el tercer trimestre de 2017 a 427.000 desempleados, lo que supone un 17,5 % de las personas en condiciones de trabajar. Así pues, en escasamente dos años de trabajo y buena gestión del Consell, el desempleo se ha reducido en casi 100.000 personas bajando en 4 puntos el porcentaje de personas en desempleo.

Siendo aún muchos los desempleados, desde el Consell se continua trabajando sin descanso para la concertación social que genere estabilidad en el marco del empleo, en propuestas que faciliten la incorporación de jóvenes al mercado de trabajo, así como en facilitar mediante medidas concretas la incorporación de los mayores de 45 años al mercado laboral, siendo estos dos sectores de población los mayores afectados por la reciente crisis económica. El Consell no está satisfecho con la situación, sino todo lo contrario: existe un gran compromiso en trabajar por mejorar la situación en el empleo de nuestros ciudadanos y hacia este aspecto se avanza de forma lenta pero segura. Que no quepa ninguna duda que este es el principal objetivo del Consell de la Generalitat Valenciana.

Este objetivo sería mucho mayor si se cambiara el sistema de financiación autonómico que reclama el presidente Puig. Esta reivindicación no es una mera pose, sino todo lo contrario, es nuestro futuro como valencianos, es nuestro bienestar y nuestro empleo, por eso de su importancia.

La Administración local también quiere ser un motor económico importante. En estos momentos, la mayoría de los ayuntamientos tienen estabilidad presupuestaria y superávits importantes, pero el Gobierno de España limita e imposibilita su gasto. La creación de empleo en nuestra comunidad y las inversiones públicas que generan riqueza siguen estando cercenadas por la política restrictiva que ejerce el ministro Cristóbal Montoro respecto de los ayuntamientos y en estos momentos necesitamos remar todos en la misma dirección, que es la del empleo. No nos sirve absolutamente para nada mantener los superávits en los bancos sin posibilidad de inversión y de riqueza. Este diagnóstico se comparte por la inmensa mayoría de alcaldes y alcaldesas de nuestra comunidad que una vez tras otra reclaman la derogación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria del Gobierno de España que lo único que hace es centrifugar la deuda de la Administración central en la mayoría de nuestros pueblos y ciudades. Así pues, el milagro valenciano podría ser mayor.