Ha ocurrido en Reino Unido, aquí en España sería impensable que se produjera algo así. Un miembro del Parlamento británico ha dimitido por llegar dos minutos tarde a la sesión y no poder responder a una pregunta de una diputada laborista sobre la brecha salarial, ese tema sobre el que Mariano Rajoy no quiere oír ni hablar y que por desgracia es una realidad en nuestro país.

Michael Bates ocupaba el cargo de secretario de Desarrollo Internacional, aunque su dimisión no ha sido aceptada por la primera ministra Theresa May, al considerarla "innecesaria".

Bates que pidió disculpas públicamente por haber llegado tarde y no haber podido contestar a la pregunta, dijo sentir "vergüenza", razón por la cual presentó su dimisión.

Me pregunto, si ese sentimiento de culpa lo tienen los políticos españoles, que se aferran al cargo, siendo imputados o investigados como lo llaman ahora, con absoluta desvergüenza y sin el menor atisbo de arrepentimiento.

No solo se ha producido una brecha salarial entre hombres y mujeres. También entre la política y la ética.