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Informe Semanal, ni humor ni rigor

La broma de Tabarnia no ha sido entendida ni por sus propios entusiastas. No hay nada peor que intentar contar un chiste que ni tú mismo has entendido. Algo así le ha pasado a Jenaro Castro, director de «Informe Semanal», que este sábado nos deleitó con un presunto reportaje sobre la región inventada, con la intención de demostrar que la idea podría ir más allá de la broma, aunque ni el propio Boadella no parecía tomarse demasiado en serio la cuestión. Me supo mal por Jenaro, quien nos lo había presentado con toda solemnidad y misterio, bajo el título de «Tabarnia: ¿una broma muy en serio?». Seis testimonios favorables a la idea y uno contrario respondieron a la cuota habitual en este tipo de reportajes torticeros. En este caso, nada nuevo aportó, dado que todo ya estaba dicho desde hacía cinco semanas. Las mismas que lleva TV3 sin hacer mención al asunto, ni siquiera el día de la presentación de la bufonada, lo cual también me pareció equivocado.

Ahora, solo queda que «Informe Semanal» cambie su nombre y deje de insultar a su impecable legado de cuatro décadas. El programa del sábado no fue un ataque al independentismo, sino al rigor, al sentido del humor y al buen gusto.

Quizá, yo tampoco he pillado el chiste de Tabarnia. Pero ya puestos, me arriesgo a su interpretación. Tal vez sea una cosa y lo mismo tomarse en serio Tabarnia y la independencia conforme la defiende Puigdemont. Es decir, un absurdo. Sencillamente, Tabarnia no es una opinión, sino una genialidad. Un delirio, como si la tuna irrumpiera en el Palau de la Música durante el concierto de Sant Esteve. Si Jenaro Castro hubiera asistido hace años a alguna obra de Boadella, donde se recogía la metáfora surrealista de Cataluña con la trilogía de Pujol, Pla y Dalí, quizá hubiera entendido que, en Tabarnia, Boadella no hace sino admitir que sus propios personajes le han sobrepasado, de forma que en su penúltima representación ya solo le queda codearse con ellos, entre iguales. Castro hubiera podido entender que la misma Tabarnia que él promociona como algo serio, es la que sirve de vacuna contra los esbirros de un bando y de otro, que solo pretenden crear odio. Como la basura de su reportaje, indigna de un espacio tan honorable como lo fue «Informe Semanal».

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