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Se llama 'smart city'

Al poco de que las tiendas y las grandes superficies llegaran a un acuerdo sobre los horarios comerciales viene Mónica Oltra y dice que si Puerto Mediterráneo cumple la ley, nadie podrá impedir que se haga. Mónica, querida, se supone que todos los proyectos deben cumplir, como mínimo, la ley, aunque no estemos acostumbrados. Superado este trámite hay que analizar su oportunidad, efectos secundarios, impacto en el entorno, etcétera. Parece que Giuseppe Grezzi -el hombre más odiado por quienes confunden el coche con una prótesis sexual- lo tiene más claro y dice: «Es un proyecto especulativo y depredador». Por lo visto, para proteger el entorno tienes que llamarte raro, Grezzi o Hammerstein, porque lo nuestro sigue siendo ahorcar a los galgos y hacerles a los árboles una bufanda de hormigón (vean mi facebook).

Cuando los de Puerto Mediterráneo vieron que su shopping resort no colaba, lo convirtieron en una smart city, ¡oh! Es el problema del charlatanismo que tiene los recursos muy limitados (las gitanas del mercadillo de los viernes son mucho más ingeniosas: «¡Bragas a 1 euro! ¡Más barato que divorciarse!»). Y hablando de charlatanes hasta ha venido el embajador de Gran Bretaña, Simon Manley, a decir que el gobierno de Su Graciosa Majestad está muy interesado en la inversión. Vale, ¿pero estamos interesados nosotros? De momento, el lubricante diplomático me causa cierta inquietud, la verdad.

Una vez que las grandes superficies hayan devorado a las tiendas, las franquicias a los bares, los precocinados a los platos de la mami y todos ellos hayan desaparecido en las fauces de la smart city, ¿qué quedará? El malestar de la cultura, eso seguro. Está en la naturaleza de los desplazamientos de gran tonelaje, como lo es la smart city, no tener muy en cuenta la ley. Ahí tienen ustedes a los portaviones, los más grandes en su género, que cuando llegan a puerto no es por un jurista por lo primero que preguntan. Está científicamente demostrado que se puede pasar un día sin comprar sin sufrir por ello graves desórdenes neurológicos.

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