Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La libertad

Podemos hablar sobre televisión, pero hoy preferimos denunciar la amenaza a la libertad individual y colectiva. En España hay interferencias entre los poderes públicos, desconfianza en la administración de Justicia y políticos encarcelados. Y desde la semana pasada, libros prohibidos, cantantes condenados por cantar, obras artísticas secuestradas y muchos otros ejemplos que me ahorro y que todos tenemos presentes, que configuran una deriva dramática hacia la pérdida de la libertad. Un bien preciadísimo, la libertad.

A raíz de la aplicación del artículo 155, el Gobierno del PP ha explicado a todos los españoles el funcionamiento de la democracia y sus leyes como si de tratara de una bisagra con la que cualquiera puede pillarse los dedos. El problema es que muchos se temen que este Gobierno debería estar obligado a aplicarse el artículo 155 a sí mismo. Es la belleza de la democracia, que ese sistema de bisagras tiene dirección de ida y vuelta. Conviene recordar que la democracia te obliga a permitir incluso la expresión de aquello que no te gusta oír.

Pero la pérdida de la libertad es también universal. Hubo un tiempo en que unos gigantes de la filosofía y de la ciencia, Pitágoras, Sócrates, Copérnico, Galileo, Newton, Einstein y Hawking, nos hicieron creer que el conocimiento sin límites depararía progreso, libertad e independencia a la humanidad. Ese sueño se ha desvanecido.

Puede que usted aún se crea libre e independiente, pero no es más que un producto nutritivo, atiborrado de publicidad e información tóxica, dispuesto para el festín de los nuevos antropófagos del sistema quienes por medio de los dispositivos móviles, de los big data, de los blockchains, de las múltiples aplicaciones de la inteligencia artificial controlan todos los movimientos, hábitos y tendencias de nuestra vida. Somos como nos quiere el poder: consumidores autómatas, controlados, alegres y desarmados.

Querido lector, disfrute siempre de su pequeña parcelita de libertad de metro por metro cuadrado. Seguro que acaban pillándole los dedos con la bisagra, pero no olvide nunca a todos los que se esforzaron por legarle ese inmenso tesoro llamado libertad. Y en honor a ellos, defiéndalo.

Compartir el artículo

stats