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El infame atasco

La palabra clave que describe este momento es, me parece, atasco. Aceptar las infamias heredadas no creo que sea una fuente de felicidad, hay otras que, además, no exigen ninguna renuncia previa o un ejercicio de disimulo. La manipulación de las noticias por parte de la prensa alineada (casi toda) y de las televisiones encogidas no satisface necesidades estratégicas del Estado, eso ya sería algo, sino que se pliega a conveniencias del día como no irritar al PNV (para que apruebe los presupuestos) o mantener el sistema de financiación de las autonomías en función del territorio y no de los habitantes, como sería justo y necesario.

Por eso nos han vendido los graves incidentes en Bilbao como otra tropelía de los rusos. Los rusos vuelven a servir de espantajo multifunciones (deben de estar felices de tener tantos enemigos: sólo eres grande a los ojos de tu rival), aunque no faltaron testigos que afirman, con todos los atributos de la veracidad, que fueron los de Herri Norte quienes provocaron a las fratrias de tatuados y se juntaron el hambre y las ganas de comer. Por otro lado, está la frialdad y hasta la hostilidad con que el rey ha sido recibido en Barcelona, algo normal si se tiene en cuenta que, previamente, el rey amonestó a dos millones de catalanes con esa imperdonable torpeza de no distinguir entre propuestas políticas y anhelos que les dan aliento. Fue durante el procés, sí.

Sí, se puede disimular que no hubo un 15M, que se han duplicado los beneficios de las empresas, pero que sueldos y pensiones han crecido de un modo ridículo y los empleos son de trapo reciclado. Se puede ocultar que el PP tiene ahora en Cataluña tanto peso como el pobre Adolfo Suárez tras ser apuñalado por su partido y que corre el riesgo de ser desplazado por Ciudadanos en las ciudades más grandes y dinámicas. Se puede motejar de populista a cualquiera que tenga el atrevimiento de sostener que no hay control democrático en las instituciones europeas. Se puede hacer todo eso y perseguir, además, a caricatos, titiriteros y espías rusos. Y puede que hasta les salga bien como veremos. Hasta mañana.

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