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Matías Vallés

De Unamuno a Marta Sánchez

Primero intervino la eximia novelista Ana Rosa Quintana, que resolvió de un plumazo la crisis catalana al publicar los mensajes con la rendición de Puigdemont. No acabaría aquí el compromiso de la intelectualidad con la encrucijada en que se halla el país. La poetisa Marta Sánchez ha forjado una inigualable rima de "perdón" con "corazón", para conquistar incluso la víscera cordial del exigente melómano Rajoy. No es exagerado anunciar el despunte de un nuevo Siglo de Oro, si incorporamos al elenco citado a otros maîtres-à-penser de la talla de Bertín Osborne o Jorge Javier. ¿Para cuando un cuarteto de autoproclamación identitaria a cargo de los protagonistas de este párrafo?

Por su genialidad y por su impacto, Ana Rosa y Marta Sánchez equivalen a los Unamuno y Ortega de la actual circunstancia histórica. Ejercen de referentes que entroncan al país con su esencia y sus divergencias. Su labor pedagógica, plasmada en los mensajes y en la inconmensurable versificación del himno, solo encuentra parangón en la Institución Libre de Enseñanza. Frente a la creatividad de la novelista y la poetisa, no han aportado una pieza memorable para el populacho ninguno de los escritores masculinos del santoral, que se reparten los premios literarios por riguroso turno rotatorio. En su festival de incoherencias, la sequía de los académicos no habrá evitado que reciban entusiastas felicitaciones privadas de La Moncloa y La Zarzuela, con emoticono incluido.

El lirismo incandescente de Marta Sánchez ni siquiera merece el reproche de su empadronamiento instrumental en Miami, para ahorrar impuestos. En un país que considera imprescindible ser gobernado por el M. Rajoy de los papeles de Bárcenas, la residencia en la tierra de sus poetisas más eximias no puede arrebatarles ni un átomo de gloria. Ana Rosa y Marta son más sabias que la intelligentsia española de derechas, y sobre todo de izquierdas. Ahí está el mensaje, salvo que usted confiese que no ha reparado en la letra del himno porque se está poniendo al día en su Unamuno.

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