Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Distopías ¿cotidianas?

Q ue si todos estamos enganchados a nuestros móviles, que si ya nadie habla si no es por WhatsApp, que hay que ver que estamos dominados por las redes sociales...

Estas frases las oímos de continuo y hasta, cuando menos lo esperamos, la soltamos sin ningún pudor y sobre todo sin mirarnos a nosotros mismos. Y es que es cierto. Vivimos pegados a las nuevas tecnologías, que oye, si es en su justa medida y en positivo, tampoco tiene que ser un drama. Pero si es verdad que un poquito sí que asusta. A mí me pasa especialmente cuando me veo un capítulo de «Black Mirror». Que, por cierto, son relativamente cortos, con un aire cinematográfico y sin hilo argumental entre ellos, lo que para mí ya es un aliciente para darle un voto de confianza (qué pereza me dan esas series de temporadas infinitas).

La producción de Netflix retrata en cada capítulo distopías que pondrían los pelos de punta al más templado. ¿Somos capaces de llevar hasta el extremo barbaridades en la redes sociales y después darnos golpes de pecho, mirar para otro lado y avergonzarnos de nosotros mismos? ¿A qué estamos dispuestos por un «like» más? ¿Puede una aplicación móvil reemplazar a quienes más queremos? No voy a responder. Es mejor que usted, lector, vea la serie y encuentre solución a estas cuestiones. O igual no, porque una distopía es, por definición, ficticia. ¿Verdad? Lo que más asusta de esta serie es que es posible que nos estemos acercando más de la cuenta a las historias ¿no reales? que recoge en cada episodio. Da que pensar.

Compartir el artículo

stats