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Valió la pena

Esto solo acaba de empezar. Las mujeres nos sentimos más fuertes. Algunas le llaman empoderamiento. Lo vamos a necesitar porque ellos y nosotras ya sabíamos mucho antes del 8M que la desigualdad existía y conocemos unas cuantas soluciones, pero seguimos viviendo en un país injusto.

Valió la pena porque fue una jornada histórica. La primera manifestación feminista de España. Fue una movilización sin precedentes para reivindicar la igualdad real de mujeres y hombres.

Valió la pena porque ayudó en los días previos, en la propia jornada y en las que están por venir, a visibilizar más que nunca la violencia machista, la brecha salarial, la discriminación laboral, el acoso sexual...

Valió la pena porque ayudó a tomar y crear conciencia del clamor femenino en su reivindicación de igualdad y justicia, del hartazgo de las mujeres por la doble jornada, por las carreras profesionales que se frenan con la maternidad, por el miedo a pasear solas de madrugada...

Valió la pena porque las mujeres nos dimos cuenta de que sobran los motivos para el 8M. Tenemos derecho a impacientarnos cuando el Foro Económico de Davos pronostica que la igualdad real tardará más de un siglo en lograrse. Porque tenemos razón cuando admitimos que el avance ha sido innegable, pero aún queda tanto por hacer...

Valió la pena porque esta marcha no fue una protesta de comunistas o una manifestación elitista. Trascendió el manifiesto que alumbró la revuelta. Fue una marcha intergeneracional e interclasista. Mayores y jóvenes, pensionistas con sus nietas, votantes de todos los partidos políticos, mujeres de todas las ideologías, profesoras, médicas, periodistas, cajeras de supermercado, operarias... llenaron las calles y a nadie se pidió carné.

Valió la pena si los hombres, algunos hombres, muchos hombres, ante esta marea feminista, fueron capaces de ver el mundo con nuestros ojos.

Valió la pena si la palabra feminismo se libra de perjuicios. Es sinónimo de igualdad. Todo lo contrario que machismo que proclama la superioridad de unos seres sobre otros por razón de género.

Valió la pena si los políticos, aunque sea obligados por el clamor de la calle y el temor a perder el voto de la mitad de la población, toman medidas y políticas para pasar de la igualdad formal a la real.

El presidente francés Emmanuel Macron presentaba el jueves un plan destinado a eliminar la brecha salarial en el sector privado en tres años. El titular del Gobierno español, Mariano Rajoy, pasó de no querer meterse en el lío de la desigualdad salarial, a prometer trabajar por la igualdad real sin regatear un solo esfuerzo. Las mujeres piden más.

Valió la pena pero solo acaba de empezar. Las mujeres nos sentimos más fuertes. Algunas le llaman empoderamiento. Lo vamos a necesitar porque ellos y nosotras ya sabíamos mucho antes del 8M que la desigualdad existía, y conocemos unas cuantas soluciones para erradicarla, pero seguimos viviendo en un país injusto.

Las sufragistas inglesas necesitaron casi medio siglo de protestas para conseguir el derecho al voto para las mujeres. Que esta batalla sea la definitiva y no tan larga.

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