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Estrella del rock

No es habitual que un físico ocupe las portadas de todos los periódicos. Mucho menos si es un cosmólogo teórico, dedicado a intentar entender los aspectos más impenetrables de la estructura del espacio-tiempo y su naturaleza en los confines de nuestra comprensión: el origen del Universo o los agujeros negros. Debe haber un buen motivo, entonces, para que haya ocurrido hoy.

Stephen Hawking ha fallecido a los 76 años. Su vida superó en más de 50 años la previsión que sus médicos le hicieron al diagnosticarle una enfermedad neurodegenerativa en 1963, mientras realizaba su tesis doctoral en Cambridge. Su tesis, y gran parte de su trabajo posterior, se caracterizan por ofrecer una personal visión geométrica que ciertamente está influenciada por su necesidad de visualizar los problemas en su interior de forma completa. Para el futuro queda su predicción de que los agujeros negros no lo son completamente, sino que radian energía en cantidades ínfimas pero suficientes para asegurar, a muy largo plazo, su evaporación. Muchos sostenían que esta "radiación de Hawking" era su pasaporte hacia el premio "Nobel", pero habrá que esperar a un futuro (posiblemente lejano) para poder detectarla.

Muy poca gente puede afirmar que entiende verdaderamente y en profundidad el trabajo de Stephen Hawking (¡yo mismo ciertamente no puedo hacerlo!). No es posible decir si era uno de los tres, cinco, o veinte científicos más brillantes de nuestra era. Pero tenía un mérito único e innegable: todo el mundo le conocía y sabía, al menos parcialmente, a qué se dedicaba. Son incontables las veces que amigos o familiares me han comentado sus impresiones sobre su libro "Breve historia del tiempo". Podían haber entendido más o menos, pero de repente todos conocían los agujeros negros, sabían de su relación con el origen del Universo, y tenían nociones básicas sobre el espacio-tiempo.

Creo que ése es uno de los mayores talentos a los que puede aspirar un científico: interesar a la gente en su trabajo y hacer que lo vean como algo cercano, incluso si habla de radiaciones de origen cuántico prácticamente indetectables en horizontes de sucesos nunca sondeados. Pero claro, cuando la persona que te lo explica tiene su propio personaje en "The Big Bang Theory", "Star Trek", "Los Simpson", o "Futurama", sabes que ahí hay algo importante: tienes que escucharle. Y entonces, oh maravilla, descubres la Física.

* Astrónomo en el Instituto de Física de Cantabria (CSIC-UC)

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