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Finalizar

Que todo tiene su fin ya lo sabemos todos, incluso por los años 70 el grupo Módulos puso de moda ese inolvidable tema. Las fiestas falleras, entrañables y vistosas, ruidosas y emotivas, luminosas y vibrantes, terminan hoy su periplo y arderán todas junto a muchas ilusiones. División de opiniones en la falla municipal, unos dicen que no y otros que tampoco. Éste Okuda San Miguel no triunfa donde va, como dice la cerveza del mismo nombre. Y opiniones divididas al paso de la señora vice, doña Mónica Oltra, que el sábado desfiló como fallera mayor de su falla, aunque sin gafas, con peineta y sonriente era difícil reconocer.

Algunos adultos hacen de las «mascletades» un auténtico botellón diurno. Se llevan hasta neveras portátiles, y los adolescentes adolecen del mínimo sentido de la ética, incluso de la estética dando la vara sentados en círculos sobre el duro suelo. Las chicas, junto a algunas señoras y pese al fresquito, hacen bueno aquello de que en Fallas se quitan los abrigos y se ponen las tetas. Un servidor, que se siente orgulloso de ser de Godella, celebra que dos de las mejores «mascletades» que hemos disfrutado, así como el grandioso espectáculo pirotécnico de la «nit de la plantá», lleven el apellido Caballer. Los descendientes de Vicente Caballer hacen honor a su estirpe, pese a que el jefe de la familia ya finalizó su brillantísima trayectoria. Mañana, todo volverá a su ruta normal, y los usuarios de la EMT saldrán del loco laberinto de paradas nómadas en que les han metido estos días.

Más allá de las las Fallas, una grandísima artista, Concha Velasco, anuncia finalizar su brillante carrera en escenarios y platós cuando termine su gira teatral con la comedia «El funeral», que traerá al Olympia el próximo 4 de abril. Se «corta la coleta», manifestó a la manera taurina. Antonio Resines acompaña a Concha en el reparto de «El funeral», dirigida por su propio hijo, Manuel Martínez Velasco, fruto de su relación con el finado Paco Marsó, si bien en algún momento se dijo que Marsó no era su padre biológico, algo que el propio Manolo desmintió, asegurando que era tan hijo de Marsó como su hermano Paco, finalizando la polémica.

Polémica la aparición de Marta Sánchez en «El hormiguero» de Pablo Motos, y la inevitable mención a la letra que al himno de España realizó la buena mujer. Lo mejor, sin duda, el aguijón que Marta envió al díscolo Jordi Évole, rebelde porque el money le hizo así, al responder al ataque del ¿periodista? catalán cuando argumentó semanas atrás en el mismo programa que «Marta Sánchez pone letra al himno nacional, pero tributa en el extranjero», algo que la cantante desmintió y le animó a que se informe mejor cuando diga algo. Bien por esta mujer, que finalizó con la mayor ironía el tema del conflictivo personajillo.

También finaliza el próximo domingo «The Hole Zero» su temporada en València. Desde el pasado día 9, Pepa Charro, la «Terremoto de Alcorcón», se incorporó al fin al espectáculo, porque hasta entonces solo se le había visto en los carteles anunciadores. Ni falta que hacía, porque el valenciano Manu Badenes, con quien se alterna, lo hace muy bien y tiene más gracia, pero menos cuerpo. El sábado y el domingo, entrar a ver este «agujero» espectacular suponía pasar por encima de la interminable ofrenda virginal que pasa por la mismísima puerta del teatro. Pero valía la pena.

Finalizan también las discomóvil, que han llevado de cabeza con dolor al vecindario de casi todas las fallas. Y a los artistas del varieté, que ven recortadas sus posibilidades de actuar. Algunos lo hicieron, como Emilio Solo, que se hizo unas cuantas fallas con sus «Rosas Rojas» y «Resistiré». Y tanto que resistirá. Éste viejo roquero, incombustible, no finaliza nunca. Se busca la vida como a otros artistas les buscan las cosquillas...

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