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Magia

La magia es pura invención de la imaginación, y eso lo sabemos todos aunque, en ocasiones, pretendamos ignorarlo. En algún tiempo, a la Semana Santa se le atribuía una magia mística especial, pero ha desaparecido y convertido en divertidas vacaciones, precisamente por arte de magia festiva. Y resultó mágico ver, en las pasadas fiestas falleras, al señor Pere Fuset convertido en «muñeco del pim, pam, pum» en gran número de fallas, dedicándole todo tipo de «lindezas». Con Ribó, Grezzi, Rajoy, Puigdemont y Trump, copó la gracia mordaz y la rechifla general.

¿Magia o trampa? Ésta es la pregunta que se hace un ilusionista, porque la palabra mago es utópica, que pasado mañana, miércoles, presenta en el teatro Olympia su espectáculo «Palabra de mago». Jorge Blass vuelve a València y se cuestiona a sí mismo: ¿Somos personas honestas o simples tramposos? Y no se refiere a políticos, sino a los propios «magos». También argumenta que algunos magos de hoy día, que actúan en teatros, deberían ser quemados como se hacía con ellos en la edad media. Él sabrá. Cierto que se aproxima una catarata de magos ilusionistas o ilusos en los teatros, y ya se anuncian el maestro Juan Tamariz, el neófito Nuel Galán y el gran Salvador Vicent, «Yunke», con su espectáculo «Hangar 52» para el próximo mayo.

Los cantantes también suelen tener alguna magia para encandilar al personal. Como ya anunció Levante-EMV, el mexicano nacido en Puerto Rico Luis Miguel traerá sus canciones a la Marina Sur de València el próximo 14 de julio, intentando revolucionar en el día de la Revolución Francesa. Dará seis conciertos en España promocionando su nuevo disco, México por siempre, tras varios años de ausencia y una crisis personal que le llevó casi al olvido. Luis Miguel está vinculado a València, donde estuvo de niño, y su manager personal durante años fue un valenciano, Alejandro Asensi, hijo del periodista Pepe Asensi. Pero la cosa se complicó, y la magia se rompió cuando Alejandro, según se dice, entabló una relación sentimental con Michelle Salas, hija oculta de Luis Miguel, nacida durante el romance amoroso que el cantante sostuvo con Stephanie Salas. Y la magia se rompió, especialmente cuando Michelle quedó embarazada con el riesgo de convertir a Luis Miguel en abuelo, que al que fuera novio de Mariah Carey no le hacía mucha gracia.

Quien tiene magia en su persona y en su voz es la gallega Luz Casal, que también actuará en València el próximo 21 de abril. Lo hará en el Palau de les Arts y presentará su nuevo disco Que corra el aire. Y mucho aire ha corrido en esta gran cantante, a punto de cumplir los 60 años, desde que se iniciara y fuera conocida como roquera, a la que pude ver en directo en unas Fallas, hace siglos, cantando en el Paseo de la Alameda con botas altas, jeans y peinada de fallera, ante una multitud que le aclamaba. Una mujer admirable, que ha luchado contra su grave enfermedad, y que nada hace pensar que en tiempos pasados cantó canciones de Ramoncín.

Por arte de magia, Pere Fuset quiere meter a Sant Vicent Ferrer junto a Sant Josep el 18 de marzo. Hay oposición vicentina, pero como es muy influyente en el ajuntament, cualquiera sabe. Más le valdría intentar que en la Semana Santa del Marítimo, las imágenes fueran llevadas a hombros de los cofrades y no sobre carricoches a empujones como viene sucediendo. Esta arbitrariedad le quita toda posibilidad de competir con otras procesiones en España. Y lo mismo pasa con la procesión de la Virgen de los Desamparados. ¿No hay un centenar de devotos que lleven la imagen a hombros y den magia a la solemnidad?

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