Con su excelente formación y su reconocida experiencia, estos profesionales intervenían en cualquier tipo de contrato entre entidades, personas o compañías a la vez que participaban en el gobierno de la ciudad y se responsabilizaban de sus cuentas. Por ello abordaremos las siguientes cuestiones relacionadas esta profesión: su evolución histórica; su implicación en la administración de la hacienda municipal; y su intervención en la contabilidad y auditoría de la «Taula de Canvis».

Los «notaris» o «escrivans» siempre gozaron de una situación privilegiada en el entramado social valenciano desde la conquista del Reino por Jaume I, pero fue Pere III (1283) quien los integró en el «Consell General» de la ciudad y Pere IV (1384) el que les autorizó un gremio o colegio, el «Colegi de la Art de la Notaria» (similar al de otros profesionales prestigiosos, como los médicos y los boticarios), al cual accedían con cierta dificultad a través del siguiente itinerario: obtención del título de «Bachiller en Arts» en el «Estudi General», superación un curso en la «Catedra de la Art de la Notaría» (cuando funcionó ésta entre 1518 y 1596), más cuatro años de aprendizaje con un notario en ejercicio. residiendo en el domicilio de éste; y después de aprobar dos exámenes de acceso al «Colegi», convocados por el «Consel Secret» municipal y limitado a seis plazas, al notario se le habilitaba para ejercer en todo el Reino.

El perfeccionamiento de la actividad profesional de los notarios motivó que un colectivo importante de ellos formara parte del «Consell General», con un notario como secretario vitalicio (el «Escrivá de la Sala») más dos delegados del «Colegi» y otros doce representantes de las parroquias. Así mismo algunos de estos profesionales se turnaban en el equipo que gestionaba la hacienda municipal ocupando su puesto durante un año (el «Clavari Comú», el «Sotsobrer» y el «Escrivá de la Fabrica de Murs y Valls»), o desempeñándolo durante varios ejercicios como contables de dicha hacienda, responsabilizándose del «Manual» y del «Mayor de la Negociació» y, por otra parte, los notarios funcionarios del Racionalato llevaban las cuentas de las cuatro claverías y las dos administraciones de la hacienda local.

En relación con la «Taula de Canvis», su libro «Manual» estaba a cargo de un notario durante un bienio confiriéndole valor probatorio a sus asientos. Dato relevante éste que se citó en el primer tratado de Contabilidad por Partida Doble publicado en España (Madrid, 1590)€en las ciudades de Barcelona, València y Zaragoza, donde hay Bancos Públicos, sus libros Manuales los llevan escribanos públicos.

Por último, como las entidades públicas valencianas, la Iglesia y los particulares realizaban abundantes y diversas operaciones financieras en la «Taula» (cambios, depósitos, transferencias, negociación de letras, etc.), el Consell promulgó una Ordenanza (1590) sobre la revisión externa de los libros principales de este Banco Público con el fin de otorgar fiabilidad a sus asientos. Revisión en la que intervenían como auditores, o apuntadors, uno o dos notarios.