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El post-trabajo que viene

Aunque mucha gente cree que es imposible imaginar una sociedad sin trabajadores, sin empleo, según muchos analistas caminamos hacia lo que llaman la era del post-trabajo.

De hecho ya se puede constatar por todas partes que nos asomamos a esa era: millones de personas no tienen trabajo en sociedades desarrolladas, ni nunca lo tendrán. El trabajo es crecientemente precario, cero-horas, contratos de corta duración, auto-empleo, despidos masivos por reestructuraciones; además, está mal distribuido, unos tienen mucho y otros muy poco, etcétera. Afecta a personas con buena formación: una gran parte de los licenciados tienen empleos por debajo de sus habilidades y conocimientos. Algunos estudios sugieren que, en las próximas dos dé- cadas, entre un tercio y la mitad de todos los empleos existentes quedarán absorbidos por la inteligencia artificial y el desarrollo de la automatización.

En torno a este crucial problema está abierto un debate, desde hace algún tiempo, con hondas repercusiones. Por de pronto rompe el esquema mental, vigente aún, de «la cultura del trabajo» que hace de él la principal razón de existencia del ser humano. Alguien sin trabajo, despedido, arrumbado, se considera un fracasado, un marginado que realmente no existe socialmente. Trabajar duro es emblema de honradez. Se dice incluso que tener trabajo es lo que lo que hace que nuestra vida tenga significado, una vez que la religión, la política y las relaciones comunitarias (la familia, la clase) se han desmoronado.

Los teóricos del post-trabajo (Graever, Hester,Hunnicutt, entre otros) de lo que hablan es, precisamente, que esa cultura que sacraliza el trabajo (que, para ellos, no es más que una «ideología») tiene que ser sustituida por una visión más amplia, más adaptativa a las condiciones actuales de la producción y la redistribución de la riqueza, lo cual pasa necesariamente por incluir una renta universal, implementada por el Estado, que permita a la gente sobrevivir cuando la «gran automatización» sea una realidad. De hecho, algunas medidas que se toman, parcialmente, sectorialmente, como por ejemplo la renta de subsistencia, apuntan ya en esta dirección.

John Maynard Keynes, el gran economista, ya predijo, en 1930, que en las primeras décadas del siglo XXI, el avance tecnológico nos llevaría a una edad de tiempo libre y abundancia, en la que la gente trabajaría no más de quince horas a la semana. Y André Gorz, el eminente sociólogo, sentenció en la década de los ochenta que «la abolición del trabajo es un proceso que ya está en marcha y que el problema es cómo manejarlo, dado que constituye el problema central de un inminente futuro».

Y ciertamente, el problema es cómo manejarlo, puesto que el post-trabajo va a suponer un cambio radical de las relaciones políticas, económicas y culturales, no solo en las sociedades ricas, sino en todas en general. El concepto mismo de trabajo está en entredicho y con él el esquema básico de la explotación capitalista, tal como venía funcionando, basada en la confrontación de intereses entre Capital y Trabajo. ¿Cómo pensar un capitalismo sin trabajadores, o con un sector creciente de personas no vinculadas contractualmente a su puesto de trabajo? ¿De dónde extraerá el Capital su beneficio cuando los consumidores no obtengan rentas como pago de su salario y el crédito llegue a su límite sostenible?

Lo que vemos es que la extracción del beneficio ya no se obtiene exclusivamente del trabajo, sino de la bio-explotación generalizada de trabajadores y no trabajadores, de las personas en general. Facebook nos ha proporcionado un excelente ejemplo: sus beneficios fabulosos por publicidad los extrae del Big Data, de los datos que obtiene de sus usuarios y que vende después al mejor postor, a veces, intencionadamente o no, sin respetar la privacidad. Y, además, elude los impuestos.

Junto al problema demográfico, la era del post-trabajo que se nos viene encima es tal vez la interpelación más importante que tenemos sobre la mesa. Lo que cambiará con seguridad el mundo de la política y del Derecho.

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