Yo no escribo para este tiempo mío, no intento habitar este país censor que nos ha robado la libertad y la poca juventud que teníamos en la mochila. Yo no milito en este tiempo en el que una productora despide a su propio guionista por miedo a la turba.
Desde hace meses, me limito a envidiar aquel tiempo en el que hombres y mujeres libres escribían lo que les daba la gana y a enviar este nota semanal con destino al futuro. Sí, es a ti, hombre y mujer del mañana, a quien hablo y para quien escribo, aunque no sepa si serás de un tercer sexo que todavía a día de hoy sea embrionario, o si la tiranía de las imágenes te convertirá en una computadora hecha de carne.
En este tiempo -que quede constancia cuando hayan pasado los lustros y alguien salve unos fragmentos de periódico de la quema-, vivíamos un tiempo de censura y miedo, ante el que algunos cómicos y periodistas trataban de rebelarse.
Desde David Broncano y Andreu Buenafuente, hasta la joven periodista irrelevante e irreverente de quien brota la última esperanza. Mientras el lector del presente picotea con sus dedos en el teclado de su tableta, debe saber identificar a comunicadores que vivieron en un eterno salto al vacío y lucharon por ampliar los límites de la libertad de expresión y del periodismo. «La Resistencia», de Broncano, nunca se queda a medio gas, porque la mejor televisión es la que estira siempre el guión hasta las últimas consecuencias, como la periodista que en lugar de rellenar con un lugar común decide seguir buscándole tres pies al gato.
Brindemos por todos los que se atreven con el humor sin paliativos y con el periodismo menos complaciente, a pesar de estar viviendo en este censor 2018.
Hombre del futuro, mujer del futuro, cosa del futuro: Por favor, admíralos.
