Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Voro Contreras

Sostiene Fernando

Oigan, que dice mi amigo Fernando que algún día haré cómo él, que no ve la tele, que él es ajeno a ese mundo sobre el que suelo escribir aquí de vez en cuando, y que tener que pagar por ver alguna de esas series supuestamente imprescindibles de las que hablamos el resto de los mortales es puro fascismo. Sostiene mi amigo Fernando que hace unos años solo había un día a la semana de esos en los que decías «hoy no hacen nada bueno en la tele», pero que ahora pulsas el botón del mando cualquier día y desafías el precepto físico por el que no existe la nada pues no hay ninguna región del espacio-tiempo que no contenga cosas. Se mesa Fernando los cabellos y la barba al recordar que ya hace tiempo que no hay programas musicales en la televisión, ni siquiera alguno que sea malo; que como mucho uno encuentra cachitos de actuaciones pretéritas o personas que miran al vacío (que, como demuestran el principio de indeterminación de Heisenberg o la teoría cuántica de campos, no es lo mismo que la nada) mientras tocan un bajo de seis cuerdas en un programa perdido en la madrugada. Por no haber, Fernando afirma que no hay ya ni películas buenas en La 2, y que las tres docenas de canales gratuitos que te vienen por defecto al enchufar la tele a la red sólo dan historias deglutidas y vomitadas por una mente mediada y protagonizadas por entes con el carisma de un bocadillo de pelos. Aún se cabrea más Fernando al reflexionar sobre la escasez de documentales o de análisis informativos que te ayuden a no sentirte ajeno a tu siglo mientras crece imparable la plaga de tertulias, de espacios en los que gente estridente con tendencia a levantar la voz opina sin aportar nada más que esa opinión. Denuncia Fernando que de esta forma los dueños de las televisiones, que suelen ser amigos de los dueños de las otras cosas, están acabando con el periodismo porque opinar es mucho más fácil y, sobre todo, más barato que pagar a un profesional para hacer algo tan «demodé» como describir con cierto criterio lo que uno ve y sin otro fin que la mera descripción. También ha dicho Fernando algo sobre Cárdenas, pero se me está acabando la tinta de la máquina esta de escribir, así que ya se lo cuento a ustedes otro día.

Compartir el artículo

stats