Triste, solitario y final, la primera novela de Osvaldo Soriano, se la regalaste a Amparo Lluch, mi mujer, en aquellos tiempos de jóvenes en que ambos compartíais confidencias. En la novela de Soriano se aprecian las dos características que acompañarían tu vida, Paco, la épica y el sentido del humor. La crítica considera esta novela como un homenaje al género policial negro, al que dedicarías tu vida. El título, en realidad, corresponde al final del párrafo de la novela de Raymond Chandler, El largo adiós: «Hasta la vista amigo. No le digo adiós. Se lo dije cuando tenía algún significado. Se lo dije cuando era triste, solitario y final».

Hoy, con pena y sin olvido, parafraseando de nuevo a Soriano, con motivo de su regreso a Buenos Aires, «No habrá más penas ni olvido»- llevada al cine que tanto amaste - nos llega la noticia, no por preocupante menos desgarradora, de tu muerte en Barcelona. Desde aquí, desde València, que hace años dejaste, tras tu primera experiencia librera en La Araña, es como si el tiempo no hubiera transcurrido y tu mirada entreabierta nunca hubiera llegado a abandonarnos. Somos tus amigos de siempre, de antaño, en el cine, en la librería, en las manifestaciones, en la Facultad de Económicas, quienes lamentamos no poder decirte, una vez más, «hasta la vista amigo», cuando el hoy es triste, solitario y final.

En Barcelona, con Montse Clavé - ¡qué hermosa foto tan tú mismo te hizo para Sangre en los estantes! - fundasteis, en 2002, en la Barceloneta, la librería, «Negra y Criminal» y elevasteis la novela negra al nivel que por su entidad, historia y trascendencia social le corresponde. Desde València, Paco, nunca fuimos ajenos a tus andanzas y solo lamentamos tu ausencia y no haber sabido retenerte, y disfrutar contigo de tu labor. Nos dices, «soy un divulgador, agitador, un prescriptor; un librero, que es el mejor divulgador, agitador y prescriptor que puede haber». En palabras de tu admirado, Petros Márkaris, «No solo es todo lo que sabe; es el amor que profesa por ello». Así es Paco, honraste la profesión, como transmisor privilegiado. Claro que en ello Montse, autora contigo, como dices en Sangre en los estantes - «un libro imprescindible para cualquier amante del género negro», según Donna Leon- es corresponsable. Descansa en paz, Paco, amigo entrañable, siempre próximo.