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Loa años botánicos

Un poco de euroorden, por fa

El eurodiputado Esteban Glez. Pons se ha manifestado a favor de la euroorden para que Alemania devuelva al prófugo Puigdemont

Nuestro paisano Esteban Glez. Pons, el eurodiputado que no quiere ser candidato del PP a la alcaldía de la tierra de las flores, de la luz y del amor, se ha manifestado a favor de la euroorden para que Alemania le devuelva a España al prófugo Puigdemont, que ya se ha convertido en el Lute del régimen del 78. Lo ha hecho en el marco de la conferencia política sevillana que los populares han celebrado para insuflarse ánimo, conjurarse contra todos y plantar una encina, que es un árbol muy español que da bellotas. El guano -que es el mejor abono natural- lo seguirá produciendo su gaviota y muy pronto los vamos a ver dedicados a la cría del gorrino de pata negra.

En medio de este ambiente entre campero y sureño, la protagonista del evento fue la nueva diosa de la fuente de Cibeles, la Cifuentes, por el tema de su curso por correspondencia en la universidad juancarlista. Esta aspirante a master chef ("Deja tus cuchillos y abandona las cocinas") sacó de los fogones un plato que era infinitamente peor que el León come gamba que cocinó aquel concursante del programa de la tele. El león era una patata, pero es que el master ni lo presentó. Qué más da, a los suyos les encantó la deconstrucción de los documentos con las firmas falsas, las esferificaciones del rector y la aplaudieron a rabiar. "Te quedas una semana más, pero no te confíes, Cristina", dijo Eme Punto Rajoy, que ese fin de semana ejercía de PP Rodríguez. Su veredicto indulgente no lo hizo gracia al Jordi Cruz de esta función, que no era otro que Albert Rivera, aspirante a primer Ciudadano y aspirante en general. Él, más guaperas y más exigente, no puede pasar que a estas alturas del talent show alguien le plante un precocinado.

Glez. Pons, como el Bertín de Mi casa es la tuya, también saltó al tablado de Sevilla con su característico porte de cantante de rancheras. Fue entonces cuando lanzó su desafío al bipartito alemán: la Grossen Koalisionen. Lo hizo aludiendo a ese territorio metafísico que es el Espacio Schengen. Según su argumento impepinable, dentro de este corralito de la seguridad europea, todo el mundo debería pasar por los mismos arcos metálicos y nadie debería pasarse los requerimientos judiciales por el arco del triunfo.

Lo dijo él, a quien no lo vamos a ver de candidato en Valencia ni si le cursan una euroorden. Buenas noches, señora, hasta la vista... le susurró a Bonig al oído y se volvió a Bruselas.

Nota: El auténtico "milacret"

Mucho antes de que la Iglesia católica dudara de la existencia de San Jorge y le otorgara una biografía meramente legendaria, los valencianos lo destituyeron como patrón del antiguo reino y de su brazo armado. El sustituto fue Vicent Ferrer, el «Sento Subito» que anunciaba el Apocalipsis y al que pronto se le comenzaron a atribuir toda suerte de actos prodigios.

Como es bien sabido, san Jorge de Capadocia continuó siendo el patrón del Principado de Cataluña, así como de otros países lejano como Inglaterra, Bulgaria, Portugal o Rusia, en los límites más disparatados de Europa. No pretendemos establecer ningún tipo de parangón con los acontecimientos que se suceden estos días (entre las festividades de uno y otro santo), pero se nos antoja esclarecedor que al norte del Sénia se optara antaño (y se siga opte todavía hoy) por acrecentar el mito de unos seres ilusorios: el caballero, la princesa y el dragón; mientras que a este lado del río la devoción se inclinó a favor de un predicador milagrero, un tipo de carne y hueso, como nosotros, capaz de protagonizar los hechos más extraordinarios.

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