La huella de carbono de las ciudades no puede limitarse a la contabilización de emisiones de efecto invernadero asociadas a las actividades productivas. Para conocer el impacto real de los núcleos urbanos en el cambio climático se deberían aplicar sistemas de contabilidad que integren tanto la producción como el consumo. Estas son algunas de las conclusiones del estudio de la aplicación de una nueva metodología de cómputo de CO2 que integra todo el ciclo de vida de los bienes y servicios realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid en colaboración con la Universidad Federal de Bahía (Brasil). Los científicos consideran que se deberían calcular las emisiones per cápita, es decir, superar los inventarios tradicionales para obtener datos más ajustados a la realidad con el fin de avanzar hacia ciudades más sostenibles y saludables. Teniendo en cuenta, además, que la población mundial que vive en grandes urbes supera el 54%, según el Banco Mundial. Esta investigación aplicó el nuevo cálculo de emisiones en Madrid y demostró que las emisiones per cápita resultarían ser casi el doble que los datos que se manejan actualmente basados en el inventario tradicional de emisiones de efecto invernadero promotoras del calentamiento global.