No hubo especial informativo de Ferreras ni de Ana Rosa por la boda del príncipe Enrique y Meghan Markle y La 1 se ocupó de la retransmisión con un «Amigas y Conocidas» en antena desde las 11.30, con las colaboradoras habituales y dos 'expertos', uno de ellos Pelayo Díaz, que repite esta semana en la tele pública, esta vez para hablar de moda como Carlos García Calvo, en DKISS con Marta Robles, quien ejerció de traductora simultánea de toda la ceremonia, incluido el sermón del reverendo Curry que dejó boquiabierta a alguna rubísima aristócrata inglesa.
Intercaladas con las imágenes de la BBC, el programa de Inés Ballester ofreció conexiones en directo desde la fiesta de la embajada británica en Madrid y con el corresponsal Miguel Ángel Idígoras, al que la valenciana presentó como «periodista serio», no como ellos, se entiende. Divertida fue la intervención de Begoña Villacís, que podría ser la hermana de la actriz de «Suits». Se parece mucho más a ella que una sevillana que ha ganado el premio de doble de la norteamericana convocado por un medio británico. Después, Anne Igartiburu resumía los mejores momentos desde Windsor.
En estos eventos reales, tan blancos y acríticos, RTVE luce como nunca. Todo lo contrario que en la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo en la que se han presenciado algunos de sus grandes hits de manipulación informativa. Los acusados declinaron dar su versión porque les daban solo dos minutos mientas que los peticionarios tenían cinco. José Antonio Álvarez Gundín, director de los Servicios Informativos de TVE, se quejó de que estaban condenados de antemano. Pero allí estaba la eurodiputada del PP Esther Herranz de abogada defensora para hablar de una campaña de desprestigio orquestada por la izquierda sectaria representada en el Consejo de Informativos con objetivos políticos ante la cercanía de las elecciones.
Para redondear su alegato, recurrió al típico 'Y tú más' hablando de Canal Sur y los ERE de Andalucía. Sus palabras indignaron a los defensores de la reivindicación de los profesionales de RTVE y se montó una trifulca de las que solemos presenciar por aquí pero que sorprendió a la presidenta de la comisión, la sueca Cecilia Wikström, que tuvo que llamar al orden. La Eurocámara pedirá explicaciones al Gobierno y mientras, cada vez más trabajadores de la Corporación vestirán de negro todos los viernes en señal de protesta.
