Desde pequeño he transitado frecuentemente por la clásica carretera de Sagunt a Burgos, al dirigirme a mi pueblo adoptivo Algimia de Torres Torres. Cada semana por lo menos, mientras vivió mi madre. Las montañas de la Calderona, el Garbí, el castillo de Sagunt, de Torres Torres, la torre de Gilet, los esbeltos campanarios de Estivella y Albalat; todo lo tengo grabado en mi retina, resultándome profundamente familiar. A partir de julio del año 2004 divisé desde mi automóvil cómo el lienzo norte este de la fortaleza de Beselga se había derrumbado; lo que, dada mi mentalidad, me produjo bastante desazón. Algún tiempo después descubrí los andamios y la enorme grúa denunciando el comienzo de su proceso de restauración. Una pequeña alegría, ya que el minúsculo caserío de Beselga siempre ha sido un referente para la zona del bajo Palancia. Allí nos reuníamos los pueblos de alrededor, el dieciséis de agosto, celebrando una ruidosa y nutrida romería en honor de San Roque, invocado contra las pestes medievales. Celebración en la pequeña iglesia, sermón bajo la olivera de la plaza, disparada, procesión, y paellas, muchas paellas, cada cuadrilla de amigos haciendo la suya. Y al caer la tarde, larga fila de carros y caballerías, cantando, que regresaban a sus casas

El Alcalde de Estivella, Sr. Robert Renau, ha tenido la delicadeza de mandarme una interesante publicación municipal cuyo titulo ya explicita el contenido: «La torre i el castell de Beselga, historia, arquitectura i procés d´intervenció». Son sus autores Lluís Mesa i Reig, especializado en nuestra historia y fiestas populares; y Francesc Cervera Arias, arquitecto, restaurador de numerosos edificios históricos de nuestra tierra. Colaboran también en diversas secciones, Rosa Albiach, Raul Hernández y Francico Cervera, entre otros. Aparecen simpáticas fotografías de Carreres Candí (año 1927), otras que muestran distintos períodos, además de interesantes recreaciones virtuales. El volumen nos va mostrando el pasado histórico de este conjunto arquitectónico, torre almohade y el Palacio Señorial. La torre, de vigilancia musulmana del siglo XII, que tuvo especial importancia para controlar el río Palancia y el camino hacia Teruel.

En el s. XV el señor de la Baronía, Gracià Monsoriu, decide construir un palacio señorial unido a la antigua torre. En este edificio aún destaca en la fachada una gran puerta, con arco de medio punto y dos ventanas geminadas góticas, propias de las casonas nobles valencianas; es entonces cuando comienza el declive del poblado, lo que da origen a la actual Estivella. Hacia 1521 els agermanats de Sagunt atacan a los odiados moriscos de Beselga, mano de obra barata de la nobleza, e intentar destruir el castillo que es abandonado comenzando su deterioro progresivo. En 1609 con la expulsión morisca, el poblado queda sin gente, completamente desierto, durante el siglo XIX. Hoy en día ha vuelto ha repoblarse durante el período estival.

En el proceso de restauración actual, se han colocado unos andrajes o tirantes metálicos que, como una especie de caja metálica, intenta representar el muro hundido por una parte, uniéndose por lo alto con la panda que quedó sana. Esperemos que también el efecto estético sea apropiado. En cuanto a la torre almohade, origen de todo el conjunto y que es lo más sólido y resistente, se ha vaciado de los escombros del interior, consolidando los tres espacios y dotándole de una terraza que la proteja de las lluvias. Se ha revestido de mortero de acuerdo con las características de la construcción musulmana. Esta reconstrucción ha sido sufragada por la Diputación Provincial de Valencia, dentro de su plan de ayudas dedicadas a los edificios de interés histórico o cultural. Estos programas para difundir las raíces históricas u otras materias, sobre todo cuando se trata de poblaciones no muy grandes, merecen el agradecimiento y respeto por parte de todos los ciudadanos.

* Canónigo de la Catedral de Valencia.