Sergi García, Dénia

La falta de garantías de continuidad y de que no se pierdan condiciones laborales con la próxima privatización de la gestión del departamento sanitario de la Marina Alta ha minado la seguridad de los profesionales del hospital de la Pedrera hasta tal punto que el goteo de dimisiones es incesante; muchos médicos han optado ya por trasladarse a otros hospitales ante la duda de las condiciones laborales que les esperan en la nueva situación. Todos los sindicatos representados en la sanidad de la comarca denunciaron ayer, al unísono, esta situación y pusieron cifras a lo que denominaron como «deserción o fuga de profesionales» que tiene, a su juicio, dos únicos responsables: la Conselleria de Sanidad y la empresa Marina Salud que asumirá la gestión del área cuando se abra el nuevo hospital de Beniadlà, lo que está previsto, en principio, para octubre.

Sólo en las últimas dos semanas, hasta 7 facultativos del hospital han abandonado el centro por esta situación, según explicaron ayer los representantes de la Junta de Personal, que aglutina a los diferentes sindicatos del departamento sanitario. Y similar situación se vive en el caso de las enfermeras; son muchas también las que, comentaron, han abandonado el centro.

El presidente de la Junta de Personal y representante de Comisiones Obreras, Artur Royo, lamentó que la falta de compromiso de Sanidad y de Marina Salud a la hora de garantizar el mantenimiento de las condiciones laborales del actual personal cuando abra sus puertas el futuro hospital esté produciendo ese «goteo» incesante de «deserciones» en la plantilla, y que se percibe desde hace tiempo con varios casos al mes.

Miguel Burguera, del sindicato Simap, concretó aún más al afirmar que «en las últimas dos semanas» son hasta 7 los médicos que han dejado el hospital. Y Marian Elices, de UGT, expuso que «ahora también se están yendo enfermeras, y es lógico ante tanta incertidumbre».

Esta «fuga de profesionales», incidió Royo, «altera la planificación de un hospital que no está sobrado de recursos». Es evidente, añadió, que «cuando desaparece un especialista, se ocasionan trastornos» en el funcionamiento del centro.

Pero la marcha de médicos es sólo el efecto de la grave situación que quieren denunciar los sindicatos. Ni Sanidad ni la futura concesionaria han dado respuesta a las peticiones sindicales de que se concrete «en qué condiciones se va a realizar la transferencia de la gestión a Marina Salud» y con qué efectos laborales para el personal que ha de transferir la conselleria a la empresa; para el que se quedará en el actual hospital para su reconversión en socio-sanitario -este centro mantendrá la gestión pública-; y para el nuevo personal que contratará directamente Marina Salud. Por el momento, el único compromiso que tienen los médicos es que el departamento de Recursos Humanos de la conselleria recibirá a una representación de la Junta de Personal el próximo 11 de marzo.

Es obvio que la situación está afectando también a la rutina del hospital. La inquietud sobre su futuro distrae, admitieron los sindicatos, la atención de los profesionales a los pacientes.

La comparecencia de ayer estuvo apoyada por todos los sindicatos de la Junta de Personal: CC.OO., UGT, Simap, Cemsatse, USAE y Stsiv-CSIF.