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Atropellado y sin ser auxiliado, Berni, un precioso cachorro de 5 meses tuvo que ser recogido por la Asociación Protectora de Animales El Cau de Vinaròs. A consecuencia del atropello ha quedado inválido de sus patas traseras aunque sus enormes ganas de vivir han hecho que en poco tiempo se las ingenie para andar con las patas de delante. Su invalidez es un problema para los humanos, pero no para él, que ha aprendido a continuar con su vida a dos patas.

Es una lástima que un perro así no pueda ser adoptado en España, pero la dura realidad es que aquí no tiene salida. «A todos les da pena, todos lloran, todos se lamentan, pero nadie da el paso», explica Aretha Bort, voluntaria de la protectora. A lo largo de este mes Berni será enviado a Alemania a un centro de animales con problemas como el suyo.

Allí será tratado y se le buscará una familia adoptiva. Dispondrá de un carrito especial que le permitirá apoyar las patas traseras y así poder hacer una vida normal, sin que le cueste tanto esfuerzo desplazarse. Realmente, no lo necesita porque él ha aprendido a moverse solo, pero será una ayuda en el futuro.

Falta de concienciación

Según Aretha, «un perro como él puede hacer igual de felices que cualquier otro, o hacer la misma compañía, puede ser igual o incluso mejor que cualquier otro. Sin embargo, la falta de concienciación en nuestra sociedad obliga a buscar alternativas como la adopción en el extranjero porque en España es imposible».

Berni es uno de los pocos afortunados que pese a la desgracia podrán encontrar un hogar. La mayoría acaban muriendo en las calles o siendo sacrificados en las perreras ante la imposibilidad de ser adoptados. Esta situación la conoce bien Vanesa Pruñonosa de Benicarló quien desde pequeña ha visto como su madre recogía perros abandonados para llevarlos a Alemania y darlos en adopción a través de anuncios y protectoras.

«Aquí es muy difícil conseguir que alguien adopte a un perro abandonado ya que normalmente se trata de mezcla de razas y en esta zona siempre se busca un animal de raza. Si encima se trata de animales inválidos o con problemas ya es imposible. Muy poca gente está dispuesta a adoptar animales, ya sean perros o gatos», explicaba Vanessa, quien añadía que en Alemania «existe otra mentalidad y se han dado cuenta desde hace tiempo que los perros mezclados, por ejemplo, son más sanos y menos delicados que los de raza».

Precisamente esta sensibilidad es la que destacaba José Antonio Fresquet, propietario del criadero Can Pou de L´Olla, donde también se recogen animales abandonados para darlos en adopción. «Tenemos clientes alemanes que vienen a llevarse perros abandonados porque saben que en Alemania su adopción está asegurada», explica Fresquet quien subraya que a diferencia de España, «los alemanes, mayoritariamente, no compran perros sino que los adoptan y, de hecho, la mayoría de los que adoptan perros son ciudadanos extranjeros».