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Las fuerzas de seguridad del Estado han metido la quinta marcha en la represión del tráfico de marihuana a gran escala, una actividad que en los últimos meses está proliferando en localidades costeras y del interior de la provincia. Aunque todavía no hay datos oficiales, el cosechón requisado por los agentes este año puede ser de Guinness.

Desde que la Guardia Civil halló 1.500 kilos de esta droga en octubre de 2008, en una macroplantación decubierta cerca de la depuradora de Alcalà de Xivert, las operaciones contra el tráfico de esta sustancia son «constantes e intensas», según explican fuentes policiales. Los agentes pudieron comprobar que la plantación estaba perfectamente montada «con infraestructura adecuada, en un bosque de pinos». Ése era el botín que estaba oculto en una zona abrupta y de difícil acceso, entre las partidas Racó de Giner y Tormasal, según fuentes de la Guardia Civil.

El descubierto en Alcalá fue uno de los mayores alijos confiscados en España en los últimos años. En la provincia de Castelló nunca hasta la fecha se había intervenido una cantidad semejante de droga y, de hecho, durante ese año la Guardia Civil multiplicó la cantidad aprehendida en 2007, cuando se requisaron 315 kilos.

La operación sirvió para que los expertos en la lucha contra la droga llegaran a la conclusión de que la provincia es un lugar cada vez más «caliente» para el tráfico de marihuana, sobre todo en la franja intermedia situada entre Alcalá y Torreblanca.

«Este año llevamos 5 o 6 alijos importantes y observamos que las plantas son cada vez más grandes; a veces son verdaderos árboles que llegan a medir más de 2 metros y a pesar más de 20 kilos», explican las fuentes policiales.

Tanto la Guardia Civil como las policías locales tienen claro que se trata de reprimir el tráfico ilegal, no el consumo, que ya está bastante generalizado en la sociedad.

Aunque no existen cifras oficiales, los expertos sospechan que el comercio de marihuana está moviendo millones de euros en la provincia, además de la ingente cantidad de dinero negro que se desprende de este comercio ilegal.

Los investigadores trabajan con la hipótesis de que detrás de las grandes plantaciones que se han descubierto últimamente puede haber redes organizadas, incluso a nivel internacional, que se encargarían de la distribución final de la droga.

«Cuando se trata de unas pocas plantas estamos hablando sin duda de gente que cultiva para su propio consumo, pero cuando encontramos un alijo de 1.500 kilos es que hay algo más ahí detrás», añaden las fuentes policiales.

Alcalá de Xivert es el segundo término municipal de Castelló por extensión de terreno, gran parte del cual es agrícola y montañoso, lo cual lo hace especialmente propicio para el cultivo de la marihuana. La Guardia Civil suele dar batidas periódicas desde sus helicópteros para detectar posibles cultivos intensivos, al tiempo que rastrea periódicamente el paraje natural de sierra d´Irta para incrementar su protección.

«Droga siempre ha entrado por la provincia, sobre todo hachís, pero sí es cierto que en los últimos años venimos detectando un aumento de la producción de marihuana», explican las fuentes. Policías locales como la de Alcalá de Xivert están realizando un enorme esfuerzo para colaborar con la Benemérita en el hallazgo de nuevos alijos. «La competencia en este tipo de delitos es de la Guardia Civil pero si un policía local descubre algo, tiene que actuar, desde luego».

Las asociaciones antidroga vienen reclamando una reforma en el Código Penal para evitar casos en los que «se castiga por igual un alijo de 50 kilos de droga que otro de 3.000».