Terrenos escriturados dentro del mar. Vecinos de la playa de Nules se resisten a abandonar sus propiedades privadas que el mar se ha comido en los últimos años ante la falta de muros de contención. La Dirección General de Costas prevé expropiar en los próximos meses estas propiedades sin ninguna compensación económica para sus dueños al considerar que invaden el dominio público. A cambio, Costas no plantea pagarles ninguna plusvalía por estas parcelas que tienen escrituradas y que cuando adquirieron estaban sobre tierra firme y no dentro del mar.

Hace a penas 30 años en la costa sur de Nules había un camino junto al mar por el que podían transitar los vehículos. Este vial pasaba por delante de casa Sabina, pero con los años el camino desapareció y el mar pasó a inundar esta propiedad. Desde hace años esta familia de Nules está inmersa en una lucha constante con Costas reivindicando el derecho a poder vivir en esta parcela que adquirieron hace 40 años.

«Estamos de forma legal y nos quieren echar como ilegales», ha denunciado esta joven afectada por la falta de regeneración de la playa. Sabina ha remarcado que su familia no está de forma voluntaria en esta situación sino que la mano del hombre ha tenido mucho que ver. «Costas siempre nos ha olvidado no ha hecho nunca un espigón en esta zona para evitar que el mar se saliese e inundase nuestra parcela», ha destacado esta vecina de Nules, quien reconoce que la casa no cuenta con los permisos legales necesarios al ser zona no urbanizable «pero el terreno está en regla, si nos tienen que tirar la casa, que lo hagan, pero es injusto que nos quieran quitar sin ninguna prestación lo que es nuestro».

Hace años cuando el mar empezó a inundar la propiedad de Sabina, su familia empezó una difícil cruzada contra la fuerza del mar, intentando blindar la parcela con hormigón. Estas actuaciones les han valido continuas multas por parte de Costas, con la que mantienen un largo y difícil litigio.

Camping

En la misma situación, están los propietarios del único camping de Nules. El mar les come su parcela, que compraron en la década de los 80 sin sospechar que su negocio correría peligro de desaparecer por la crecida de las aguas. De aquella propiedad, algunos metros cercanos al mar ya han pasado a la historia y han tenido que reducir las plazas ofertadas.

La situación de esta familia es preocupante porque si Costas no pone freno a las salidas del mar, el camping corre grave peligro de desaparecer, por lo que perderían el lugar de trabajo y su residencia habitual. Los propietarios piden «casi clemencia» a Costas porque el mar les amenaza su única fuente de ingresos.

Estos propietarios alzan la voz contra lo que consideran una «injusticia». Por contra, otros vecinos han tenido peor suerte y sus propiedades ya han sido engullidas por las aguas.

Hace décadas al lado de casa Sabina había varias hanegadas de tierra donde una familia de Nules, que vivía en Francia, solía ir a pasar la jornada de baño. Allí montaban sus toldos y todo lo indispensable para pasar el día pero, cada verano en el que regresaban, tenían menos terreno. Llegó un momento que la salida del mar era ya incontrolable y se vieron forzados a abandonar estas tierras que tenían en propiedad.El mar les ganó la partida.