La gala de los Premios Levante-EMV Prensa Ibérca quiso abarcar todos los géneros y estilos musicales para mostrar la heterogeneidad y el carácter del espíritu valenciano. Silvia Tomás y Tonino fueron los maestros de ceremonias en la imponente Sala Iturbi del Palau de la Música de València. Amenizaron la velada la Jove Orquestra Simfònica de la Federació de Societats Musicals de la Comunitat Valenciana (Orquesta Federal), la Capella dels Ministrers y la Berklee College of Music de València, tres de las agrupaciones e instituciones musicales más prestigiosas de la Comunitat Valenciana.

Las más de 1.000 localidades del auditorio se fueron llenando hasta las 20.30 horas, cuando dio comienzo la gala de premios. El órgano de la sala y las trompetas y trombones de la Orquesta Federal dieron el aviso a los asistentes con una Fanfarria. El director de la Capella de Ministrers, Carles Magraner, apareció en el escenario para alzar su batuta ante la famosa y multipremiada agrupación valenciana. Interpretaron L'Orfeo, favola in musica (Claudio Monteverdi, 1607) y el Ritornello. Una de las sorpresas de la noche fue la intervención de la soprano valenciana Aurora Peña, que interpretó el prólogo «La Música». Ganadora del Premio Levante-EMV Talento Joven en 2016, Peña es una de las voces emergentes de la lírica valenciana.

Una Fanfarria final interpretada conjuntamente por la Capella de Ministers y por la Orquesta Federal dio paso a la llegada de los presentadores. La entrega de premios y la música fueron intercalándose durante la ceremonia.

Una de las actuciones más inolvidables de la noche fue La máquina de escribir («The Typewriter»), compuesta por Leroy Anderson en 1950. Este instrumento, un elemento fundamental en las redacciones periodísticas hasta hace dos décadas, fue el protagonista de la composición, interpretada por la Orquesta Federal.

Un giro inesperado

El punto de inflexión de la noche lo marcaron los alumnos de la Berklee College of Music de València. Cinco estudiantes de la prestigiosa escuela de música interpretaron «Revolution» el icónico tema de los Beatles, que este año cumple su 50 aniversario. Un juego de luces azules y rosadas acompañaron la actuación de la Berklee, armada con dos guitarras eléctricas, un teclado, un bajo y una batería. El público reaccionó con júbilo y acompañó a los músicos a ritmo de palmas.

Después de entregar todos los premios de la noche, los alumnos de la Berklee volvieron al escenario minutos más tarde para interpretar la canción insígnia de Oasis. «Wonderwall», compuesta por los hermano Gallagher en 1995, resonó con fuerza en la Sala Iturbi. Los asistentes volvieron a arropar a los músicos con cánticos y palmas. No pudo haber mejor final