Días atrás conocíamos a través de Levante-EMV el caso de un matrimonio de septuagenarios de Cullera que tras una vida de esfuerzos se ven amenazados con perder su casa a manos del banco, un drama social, el de los desahucios, al que desgraciadamente estamos demasiado acostumbrados. Echo en falta la reacción de nuestro gobierno local, una acción contundente que trate de evitar a toda costa que la ejecución hipotecaria se produzca y que además deje claro a los vecinos que tienen un gobierno local en el que poder confiar cuando vienen mal dadas.

Lamentablemente, en los últimos tiempos los cullerenses estamos habituados a sentirnos solos y desamparados por nuestros gobernantes. Sentimos esa soledad frente al problema del paro, cuando comprobamos que no hay un plan de empleo municipal a pesar de tener más de 2.200 personas sin trabajo. Nos sentimos solos frente a los efectos sociales de la crisis, sin un programa de acción social contra la pobreza, cuando vemos que sólo Cáritas está atendiendo heroicamente a miles de personas en Cullera. Nos sentimos injustamente castigados cuando tenemos que hacer frente a la deuda municipal, que la mala gestión del PP local ha creado y que hoy los ciudadanos pagamos con sangre, sudor, lágrimas, recortes e impuestos subidos al máximo. Nos dejan hipotecados hasta el 2032.

Sentimos esa indiferencia ante tantos otros problemas que hoy hacen que la mayoría de los vecinos „excepto ellos„ vivan en unas condiciones peores de las que merecen. Estábamos avisados. Ernesto Sanjuán lo dijo en un pleno al principio de este mandato: «Que cada palo aguante su vela». A lo que le faltó añadir: «Que el nuestro ya lo aguantarán ustedes con sus impuestos y su esfuerzo».

Es tal la ausencia del gobierno local, que ni siquiera ha sido capaz de enterarse del cierre del centro de hemodiálisis, que obliga ya a los enfermos de Cullera a desplazarse a Alzira. Y es que el PP de Cullera lleva años ausente del ayuntamiento, ausente de los problemas, pero sobre todo está ausente de las soluciones. Ni siquiera cuando el alcalde ha llamado a la puerta de la Conselleria de Sanidad, forzado por los familiares de los enfermos y por nuestra petición, ha servido para nada. Llegan tarde y lo llevan haciendo desde hace mucho tiempo mientras los ciudadanos sufren las consecuencias.

Y es que gobernar es fácil con los ojos cerrados. Lo difícil es hacerlo con los ojos abiertos y mirando a la cara a los ciudadanos afrontando sus problemas con valentía y buscando soluciones reales. Y eso es, precisamente, lo que echan en falta los vecinos de Cullera: un gobierno responsable que les tienda la mano, que les escuche y que no les dé la espalda, un ayuntamiento que esté para solventar sus problemas y no para creárselos.

En los últimos tiempos, cuando voy por la calle muchos vecinos me dicen que lo voy a tener complicado si accedo a la alcaldía por el panorama desolador que nos van a dejar. Y no les falta razón. Pero sé dónde me meto. Tenemos ante nosotros como sociedad un desafío ingente que pasa por devolver a Cullera al lugar preferente que jamás debió dejar de ocupar y creo que es posible con un cambio de mentalidad, con un cambio en la forma de hacer política y con trabajo.

Los socialistas de Cullera llevamos mucho tiempo trabajando en un programa de gobierno riguroso y realista, serio, capaz de hacer que nuestra ciudad frene su caída y empiece a remontar el vuelo. No hablo de proyectos imposibles, hablo de políticas reales para problemas de la gente normal. Hablo de las cosas pequeñas que al final son las más grandes e importantes. Y hay soluciones para creer en el cambio. Por ejemplo, acabo de proponer una oficina local antideshaucios y gravar a los bancos con una tasa por tener las viviendas vacías. No son ideas descabelladas. En los últimos tiempos también venimos recogiendo a través de nuestra web de participación ciudadana muchísimas más en esa dirección. Ya son alrededor de 260.

Esa debe ser la filosofía que impregne la nueva Cullera que, entiendo, la mayoría de ciudadanos queremos ganar. Al final, los vecinos, la ciudadanía, han (hemos) demostrado tener mayor voluntad de afrontar los problemas que nuestros acomodados gobernantes. En mayo tendremos la oportunidad de aplicar esa filosofía desde el ayuntamiento. Los socialistas tenemos la obligación de recuperar el gobierno de Cullera para la ciudadanía.