Pese a que el riesgo de inundaciones que sufre el municipio de Carcaixent quedó constatado de nuevo el martes con el cierre de accesos por carretera e inundación de bajos y garajes, el municipio no dispone de ningún plan de emergencias que le permita afrontar estas situaciones. Lo confirmó ayer el gobierno local en la junta de portavoces convocada para valorar la situación vivida el martes.
De la ausencia de plan de actuación contra inundaciones informó después el concejal de Compromís Paco Salom que desvela que Carcaixent tampoco dispone de protocolos de actuación para coordinar el mantenimiento de servicios básicos y de seguridad a la población en casos de crisis.
Por eso, la capacidad de reacción ante lluvias torrenciales como las del martes, cuando según la Agencia estatal de Meteorología (Aemet) se acumularon 122,6 litros por metro cuadrado, 41,8 de ellos en una hora, es más bien escasa.
La junta de portavoces de ayer tras los sucesos del martes dejó como conclusión la ausencia de planes de emergencia, protocolo de funcionamiento o instrucciones a seguir. Y ello pese a que Carcaixent es un municipio donde los episodios de lluvias e inundaciones se dan con cierta frecuencia.
Desde Compromís señalaron que solo desde la carencia de planes de actuación se entiende que el episodio de lluvias se haya resuelto únicamente desde «la buena voluntad de las personas que han participado y la experiencia adquirida estos años». Un protocolo, dicen, permitiría asignar responsabilidades e informaría de forma clara y precisa a la ciudadanía sobre las incidencias de tráfico, evolución del temporal o suspensión de las clases. Además, desde Compromís denunciaron ayer que la información remitida por la Generalitat fue «imprecisa» y en ocasiones contraria a la realidad. Según explican durante la mañana del martes no quedó claro si las clases se mantenían o se suspendían y la escuela infantil no recibió ninguna información sobre suspensión de actividades. Añaden que la página del ayuntamiento en una red social informaba que no había peligro de inundación cuando la carretera de Alzira, la calle Santa Bárbara o la avenida de Vidal Canet ya estaban cortadas y en muchos bajos había entrado agua.
La alcaldesa, Lola Botella, aseguró el martes que el alcantarillado funcionó correctamente y que las inundaciones en bajos y carreteras eran inevitables por la tromba, que según el gobierno local fue de 180 litros por metro cuadrado.
