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Alberic ofrece buenos «arreglos»

Miles de personas admiran la escenografía preparada por los clavarios que albergan en sus casas los pasos procesionales La tradición, que se remonta al siglo XVII, sublima la artesanía popular

Alberic ofrece buenos «arreglos»

Alberic vive con intensidad la Semana Santa. Sus siete cofradías reúnen en sus filas casi al 40% de la población. Uno de sus momentos cumbres se vivió el domingo, uno de los días grandes del año, con la Muntanyeta convertida en epicentro de la Festa de l'Encisam y punto de partida de la Baixada dels Sants. Otro de los grandes atractivos es el recorrido callejero que se realiza para admirar los denominados «arreglos», una manifestación artística que ha adquirido gran relevancia por el sorprendente resultado que ofrece esta muestra de artesanía popular cuajada de fervor religioso.

La tradición, de la que se tiene constancia documental al menos desde el año 1667, nace de la voluntad de albergar los pasos procesionales durante los días previos al Viernes Santo en el domicilio particular de alguno de los cofrades, convertido de este modo en clavario de la hermandad. Durante siglos, cada una de las imágenes sacras se ha adornado para mostrarla con orgullo ante el vecindario.

Los tapices, flores o alfombras que se exhibían antaño entre las esculturas del Ecce-Homo, Jesús Nazareno, el Cristo de la Fe o la Piedad y el Santo Sepulcro formaban una especie de capilla doméstica, pero han evolucionado hasta incorporar una escenografía compleja y deslumbrante en la que se reproducen paisajes o edificaciones extraídas de los evangelios para ilustrar escenas de la pasión y muerte de Jesucristo.

El resultado cautiva a miles de personas. Las colas que se forman, particularmente por la noche, ante las casas de los clavarios fuerzan largas esperas. Y los comentarios finales son siempre de satisfacción. El enorme esfuerzo —también económico— realizado por los clavarios obtiene como compensación el elogio de los paisanos y visitantes que se acercan hasta Alberic para admirar esta singular costumbre, que en otras poblaciones de la comarca, como Alzira o Tous, recibe el nombre de dosel.

Este año pueden verse juegos de luces impresionantes, arquitecturas imposibles de reminiscencias árabes, reproducciones de capillas de gran belleza plástica y montajes más vanguardistas.

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