Sorpresa generalizada entre los padres de los alumnos del IES Sucro de Albalat de la Ribera que usan la ruta del bus escolar entre este centro y Llaurí después de que el juzgado de instrucción número 1 de Sueca haya decidido archivar la causa abierta contra el conductor que «wasapeó» al volante mientras transportaba a los niños que usan este servicio. La decisión es consecuencia de la falta de acusación por parte de la fiscalía al entender el Ministerio Público que no existe «ningún indicio» de delito contra la seguridad vial por conducción temeraria.
«Nuestros hijos han estado en peligro», afirmaban ayer tajantemente las familias, aunque éstas se han querido mostrar respetuosas con la decisión judicial. «Si la fiscalía lo ve así, nosotros no entendemos de leyes y habrá que aceptarlo», añadían con un cierto sentimiento de contradicción.
Tampoco desde el instituto acertaban a comprender la resolución final del caso. «Nos sorprende», explicaron fuentes del claustro de profesores, especialmente después de «las molestias» que se tomó la Guardia Civil, que llegó a realizar una exhaustiva investigación con entrevistas a las propias familias, explicaron. Por ahora, los progenitores consultados descartan llevar a cabo acciones legales y consideran que con el despido y la posible sanción administrativa a la que se enfrenta el conductor, éste «ya ha pagado».
Los docentes estiman que «lo importante» es la «rápida reacción» que se tuvo por parte del centro y de la Conselleria de Educación y el hecho de que el autor de la acción fuera despedido de su puesto de forma «fulminante», aunque fuentes de la propia empresa confirmaron a este rotativo que la relación laboral del chófer con la concesionaria de la línea de transporte se había extinguido por finalización del contrato meses antes de que trascendiera a la opinión pública el vídeo en el que se le podía ver usando el móvil con auriculares mientras conducía con una sola mano apartando la vista de la carretera.
Los hechos se hicieron públicos en enero de 2015, pero tuvieron lugar en otoño. Sin embargo, no fue hasta después de las vacaciones de Navidad cuando los responsables del centro educativo fueron conocedores de lo sucedido gracias a la grabación hecha con un teléfono móvil por parte de algún alumno del pasaje.
En su momento, se llegó a citar al chófer a un juicio rápido, pero el fiscal valoró que la acción no era constitutiva de delito por lo que se dio carpetazo a la vía penal. A lo que sí puede enfrentarse es a una sanción administrativa, que conllevaría aparejada una multa de 500 euros y la retirada de cuatro puntos del carné de conducir. No obstante, no ha trascendido si ésta ha sido aplicada. La grabación en la que podía verse al trabajador de la empresa de autobuses conduciendo mientras usaba el móvil y apartaba la vista en reiteradas ocasiones de la carrera generó una fuerte indignación entre los padres del medio centenar de niños que usan a diario la ruta Llaurí-Albalat para ir al instituto de esta última población.
