El servicio de bicicletas de alquiler de la Mancomunitat de la Ribera Alta ha pinchado. La falta de usuarios ha provocado que los ayuntamientos de Carlet y Benimodo abandonen Ambici, mientras que los otros tres municipios adheridos -Alzira, Algemesí y Carcaixent- se han dado un plazo de seis meses para volver a analizar la evolución y será ya en junio cuando las nuevas corporaciones decidan si lo mantienen o también lo aparcan.
La distribución en el año 2013 de 500 abonos gratuitos con el objetivo de promover el uso de este sistema de transporte público urbano propició que se multiplicaran por cuatro los usos respecto del ejercicio anterior -al pasar de 6.422 en 2012 a 25.472-, pero la memoria de 2014 elaborada por la Mancomunitat de la Ribera Alta ha evidenciado que ese repunte fue artificial, ya que no sólo no ha conseguido mantenerse sino que el uso de este servicio de bicicletas de alquiler se ha desplomado de forma progresiva a medida que avanzaba el año. Sólo en el mes de enero se superó la cifra de 1.600 usuarios -cuando en muchos meses del año anterior se sobrepasaba ampliamente la barrera de los 2.000- y la estadística fue cayendo hasta quedarse en diciembre con apenas 700 usos. Una estimación en base a los gráficos de la memoria situaría en torno a 13.300 el número de usos durante todo el año, lo que representa una caída próxima al 48 %.
El fracaso del sistema de bicicletas de alquiler no es exclusivo de la Ribera Alta. Fuentes de la Mancomunitat confirmaron que en otros muchos municipios de tamaño medio, como los adheridos en la Ribera a Ambici, que apostaron por sistemas similares para potenciar el uso de la bicicleta como medio de transporte también han ido cerrando de forma progresiva las bases que, al parecer, sólo funcionan bien en grandes ciudades.
La Mancomunitat de la Ribera puso en marcha el 22 de abril de 2009 el servicio Ambici, que ha llegado a contar con 23 bases repartidas por los municipios de Alzira, Algemesí, Carcaixent, Carlet y Benimodo. El proyecto no sólo se concebía como un medio de transporte urbano, sino que también permite a los usuarios devolver la bicicleta en un municipio distinto al punto de partida. Sin embargo, ninguno de los dos usos se ha extendido de forma que pueda garantizar la continuidad del servicio.
Seis meses en observacion
Los Ayuntamientos de Carlet y Benimodo, donde la proximidad podría haber propiciado este uso interurbano, decidieron abandonar el servicio debido a la escasez de usuarios y desde principios de 2015 ya no se ofrece. Otros ayuntamientos adheridos optaron por mantener el proyecto durante los primeros seis meses del año para analizar su evolución y, ya en junio, tomar una decisión sobre su continuidad, aunque ya corresponderá a las nuevas corporaciones. Fuentes consultadas reconocieron que la falta de usuarios es una tendencia generalizada y que «pinta mal». «Es un fracaso del sistema de bicicletas público en los municipios medios», incidieron estas fuentes.
