No era verano, pero lo parecía. A lo largo de la pasada Semana Santa el termómetro superó los 25 grados en Cullera, la playa se llenó de gente y era prácticamente imposible aparcar en el turístico barrio de San Antonio. Por primera vez en mucho tiempo, el balance de los empresarios del sector es optimista.
El clima y la ocupación turística de Cullera guardan una relación directa y gracias a las buenas temperaturas algunos hoteles de la ciudad alcanzaron una ocupación de entre el 70% y el 80%, e incluso algunos días de Semana Santa llenaron por completo sus habitaciones. En la misma línea, los hosteleros trabajaron a pleno rendimiento y para algunos restaurantes el volumen de negocio fue un 30% mayor que en las mismas fechas de 2014. «Ha venido más gente que nunca. Di una vuelta por Cullera y había más coches que en agosto, los parkings estaban llenos», decía ayer con satisfacción el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Cullera y la Ribera Baixa (AEHC), Juan Femenía.
Este hostelero indicó que los bares y restaurantes tuvieron un gran número de clientes desde el viernes hasta ayer lunes. El día que más se trabajó fue el domingo. Y, a pesar de que la Semana Santa del año pasado ya se saldó con buenos resultados, ésta aún ha sido mejor. No obstante, Femenía matizaba que los clientes se siguen conteniendo a la hora de gastar, eligen los platos más económicos y, como ejemplo, explicaba que en su restaurante se sirvieron muy pocos postres. Aunque, los hosteleros compensan el escaso gastos por cliente con un aumento en el volumen de trabajo.
Esta tendencia también ayudó a aumentar el número de contrataciones, pero algunas se restringieron a los días de Semana Santa y muchos de los trabajadores terminaron ayer sus contratos.
En cuanto a los hoteles, en el Hotel Sicania alcanzaron el jueves y el viernes un 100% de ocupación, el sábado ésta descendió al 60% y el domingo se quedó en el 40%. En el Hotel Santa Marta tuvieron una ocupación media del 70% de jueves a domingo y en el Hotel L'Escala fue del 85%, aunque el viernes llenaron todas sus habitaciones. Los hoteles dieron un balance más cauto, indicaron que el volumen de trabajo fue similar a 2014 o levemente mejor, mientras que otros añadían que la climatología les había defraudado un poco porque no todos los días lució el sol. Y es que, tanto hosteleros como hoteles coincidieron en señalar que el aumento de las temperaturas fue el motivo principal de la buena ocupación.
