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El hospital no cura el colapso del tráfico

El problema se ha convertido en crónico y en los últimos cuatro años sólo se ha construido un paso de peatones para los usuarios que aparcan en el polígono

El hospital no cura el colapso del tráfico

Una de las dolencias que el hospital de la Ribera tiene diagnosticadas pero que no ha logrado curar es la del colapso del tráfico en su entorno. No hay medicamento para ello, salvo la apertura de nuevos espacios públicos para el aparcamiento, reclamados casi desde la apertura del centro hace 16 años. La dolencia es crónica.

Ni las 670 plazas del aparcamiento de pago ni las 430 de estacionamiento libre son capaces de dar salida a todo el tráfico que generan las entradas y salidas del centro sanitario y que alcanzan a caminos cercanos, el polígono Tisneres o el camino de la Perrera, con posibilidades de espacio claramente insuficientes.

Pese a las necesidades, la actual legislatura se cierra con los mismos accesos y plazas de aparcamiento que hace cuatro años. Así, las imágenes de vehículos apiñados en las faldas de la montaña y los caminos rurales anexos se han convertido en cotidianas.

Aparcamientos de pago llenos

Los aparcamientos de pago se llenan de vehículos a primeras horas del día, lo que aumenta el colapso del centro y dificulta incluso las maniobras del transporte público, especialmente autobuses urbanos. Desde el hospital admiten que existen horas punta en las que el tráfico es especialmente intenso, pero consideran que el problema excede sus competencias ya que subrayan que no existe una red de transporte público lo suficientemente ágil para que el vehículo privado se quede en casa, como, por ejemplo, una mejor conexión entre la estación de tren de Alzira y el hospital ya que muchos trabajadores del centro provienen de Valencia ciudad o del área metropolitana.

Desde el centro sanitario también alegan que en otros hospitales públicos, como los de la ciudad de Valencia, los usuarios también sufren continuos problemas de aparcamiento y también se ven obligados a acudir a espacios donde tienen que pagar por aparcar.

Un paso de cebra en cuatro años

Durante los últimos cuatro años, la única actuación de mejora ha sido la instalación de un paso de peatones que ha permitido reducir el riesgo para los usuarios del hospital que se ven obligados a cruzar la CV-510 para aparcar en el polígono de Tisneres ante la saturación del centro. La zona ya se ha convertido ya en un improvisado segundo parking. En la misma actuación se procedió a continuar de la acera, el allanamiento de la isleta y el acceso a través del aparcamiento a la vía principal del centro.

A ello se une el deficiente diseño de los accesos al hospital, que se construyó en una zona elevada para evitar riesgos de inundación, pero que carece de vías rápidas de evacuación y que obliga a cualquier vehículo que quiere abandonar el centro a pasar por delante de la puerta principal.

Además, casi 60.000 vecinos de la comarca residentes en once municipios tienen dificultades para trasladarse al hospital de la Ribera por el deficiente transporte público y se ven obligados a recurrir al vehículo particular. Los habitantes de Alfarp, Catadau, Llombai, Carlet, Benimodo, l'Alcúdia, Guadassuar, Antella, Gavarda, Alberic o Benimuslem cuentan con un único sistema de conexión con el hospital. Se trata de un servicio discrecional de autobuses que presta una empresa privada y que arrastra desde hace años importantes carencias, especialmente por la falta de frecuencias de paso, una queja habitual entre sus usuarios.

Además, determinadas franjas horarias y los fines de semana están desatendidos por lo que en estas poblaciones no es posible encontrar un sistema «público» de transporte para acudir al hospital de Alzira los sábados, domingos y festivos. En muchos casos los más afectados son personas mayores que no disponen de vehículo privado para el traslado lo que genera importante trastornos.

Taxi para los traslados

Por ello algunos ayuntamientos han puesto en marcha sus propios servicios públicos de transporte, aunque como ha informado recientemente este diario, ello también ha generado controversia. Almussafes, por ejemplo, se ha cansado de que el Consell no haya atendido sus peticiones de mejora en la línea de autobús que pasa por el municipio y ha decidido pagar el taxi a sus vecinos para que se desplacen hasta el hospital. El consistorio denuncia se encuentran «aislados» por la escasez de servicio público de transporte (la línea Carcaixent-Polinyà de Xúquer-Valencia), que consideran «deficiente y claramente insuficiente » para atender la demanda

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