La salud de las aguas subterráneas de la Ribera no ha mejorado en los últimos tiempos. Más de la mitad de los pozos analizados por la Consellera de Sanidad durante el año 2014 dejan un valor de nitratos superior al permitido. Son los pozos que históricamente han suministrado a las ciudades, aunque algunos de ellos han dejado de hacerlo precisamente por la contaminación de las aguas.
El exceso de nitratos y pesticidas en el agua potable ha dejado de ser un problema durante esta legislatura en ciudades como Carcaixent, Alzira o Cullera tras la puesta en marcha de la potabilizadora de la Garrofera, pero los datos de la Generalitat confirman que no existe una política que propicie la mejoría de las masas de agua afectadas por décadas de abonado y cultivos intensivos.
Prácticamente toda la comarca se encuentra en zona vulnerable y hay pozos que hasta hace pocos años abastecían a las poblaciones, como el de la Mare de Déu de Llaurí o el de la calle Gandia de Carcaixent que superan los cien miligramos de nitratos por litro.
Hoy, los municipios con más problemas son los de la tercera fase del plan de abastecimiento de agua potable a la Ribera, aún por concluir, como Algemesí y Sueca, pero también Alginet o Benifaió.
En Algemesí está previsto que el agua de la potabilizadora llegue a partir del 1 de mayo. Pero, de momento, los análisis de la Conselleria de Sanidad a los que ha tenido acceso este diario sitúan a los pozos de los que se abastece este municipio por encima de los 50 miligramos por litro, la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo mimo ocurre en Sueca, Polinyà, Albalat o Benicull.
Desde la conselleria de Sanidad recuerdan que la vigilancia sanitaria del agua de consumo humano es de su competencia, pero son los municipios los responsables de asegurar que el agua suministrada sea apta. La Generalitat recuerda que ha invertido 60 millones de euros en las infraestructuras de abastecimiento.
