Las naves y la maquinaria de la Cooperativa la Protecció Agrícola de Alberic, los principales activos de una entidad que se encuentra en fase de liquidación al no haber podido remontar el proceso concursal que solicitó de forma voluntaria, no serán previsiblemente suficientes para cubrir la deuda de 2,3 millones de euros que ha arrastrado a la entidad a la disolución. El abogado que representa a la cooperativa en el concurso, Agustín Ferrer, confirmó ayer que, a falta de una peritación definitiva, en estos procesos no es habitual que se cubra el 100 % de la deuda y, si bien advirtió de que cualquier particular o empresa interesada en estos activos puede presentar una oferta en la fase de propuestas que ahora se abrirá, «lo habitual» es que no se cubra la deuda y que los bienes se acaben adjudicando a la entidad financiera que concedió el préstamo hipotecario.
Como ayer adelantó Levante-EMV, el juzgado de lo Mercantil número 2 de Valencia ha ordenado abrir la fase de liquidación de esta entidad centenaria, que en septiembre solicitó el concurso voluntario de acreedores al no poder hacer frente a la deuda. La cooperativa no inició la campaña ya que el aluvión de bajas registrado apenas dejó cosecha que comercializar y la falta de ingresos por esta inactividad ha precipitado la fase de liquidación.
Las deudas que se reclaman a la entidad suman 2,3 millones de euros, de los que la mayor parte corresponden a la entidad que financió la construcción de las nuevas instalaciones, inauguradas en septiembre de 2008. Los almacenes que debían convertirse en una rampa de lanzamiento de la entidad se han convertido con el tiempo en su tumba, al no poder hacer frente al préstamo de 2,2 millones solicitado en su día, del que falta por amortizar 1,8 millones. El resto de la deuda corresponde a cosechas de socios y de terceros que se adquirió con el objetivo de generar actividad en el almacén y repartir entre más toneladas los costes estructurales.
Aunque se trata de maquinaria relativamente reciente, el hecho de estar ajustada a unas necesidades concretas y las continuas innovaciones en el sector provocan también una rápida devaluación.
