El proyecto es mucho más ambicioso y también se está trabajando para que funcione en sentido contrario: voz-signos. La idea es que las personas sordas, a nivel particular, puedan utilizarlo en su día a día en diferentes ámbitos (una conversación casual por la calle, acudir al médico sin un intérprete, hacer cualquier consulta en un organismo público...). Sin embargo, ShowLeap va más allá y afirma que peleará para que empresas, instituciones educativas y organismos públicos incorporen esta tecnología para que atiendan sin problemas a las personas sordas e incluso puedan emplearlas, con la intención por ejemplo de reducir el paro en un colectivo que llega a triplicar la tasa de desempleo respecto a las personas oyentes. «Ahora, solo faltan inversores dispuestos a apostar por un proyecto que puede cambiar la vida de muchas personas», concluyen. salva vives sollana
