El Ayuntamiento de Alzira ha comenzado un proyecto pionero para el control biológico de plagas en las zonas verdes de la ciudad mediante el uso de insectos que ayudan a combatirlas. Fuentes municipales destacaron ayer que el control biológico es una clara alternativa para reducir el uso de productos químicos de síntesis en la estrategia del control de plagas en el ámbito urbano y, además, su implantación viene recogida en la reciente normativa publicada por el Gobierno estatal sobre el uso sostenible de los productos fitosanitarios.
La concejal de Servicios Públicos, Lola Ortega, que ha promovido esta iniciativa, destacó ayer que el ayuntamiento está dispuesto a «utilizar cada vez más este tipo de medidas por su carácter innovador y por su menor incidencia sobre el entorno, teniendo en cuenta los numerosos y crecientes problemas derivados del uso de los productos químicos biocidas». La edil indicó que se empezará a implantar «poco a poco« esta técnica en zonas concretas «para ir ampliándola paulatinamente en otros espacios». «Sabemos que los resultados son menos inmediatos, pero consideramos que es una medida adecuada para la realidad de nuestra ciudad».
Las primeras zonas en las que se va a implantar este control biológico de plazas son el parque de l'Alquenència, la avenida Santos Patronos, la avenida de la Hispanidad, la plaza del Reino y la plaza Mayor. Las plagas sobre las que se va a actuar son el pulgón, la araña roja y el «cotonet» o «Psylla», que suelen afectar a naranjos amargos, jacarandas, robinias, chopos o rosales, entre otros.
Esta actuación se inició ayer en el parque de l'Alquenència para controlar el pulgón de los rosales. Está previsto continuar en otras zonas de la ciudad y sobre otras especies con una duración de entre ocho y doce semanas.
