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La ampliación del polígono de Ford se paraliza por falta de interés de los empresarios

La iniciativa privada descarta convertirse en agente urbanizador al ver más inconvenientes que ventajas en la inversión

Parque industrial Juan Carlos I de Almussafes, el polo económico con mayor número de empleados de la comarca. vicent m. pastor

La ampliación privada del parque industrial Juan Carlos I de Almussafes tampoco ha fructificado. El grupo de empresarios que había mostrado su interés por llevar a cabo el ensanchamiento del polígono de Ford, tras la negativa del Consell a financiarlo, se ha echado atrás al ver más inconvenientes que ventajas en el proyecto. La concejala de Empleo e Industria del municipio, la popular Mari Carmen Santos Juanes, ha confirmado que por el momento las gestiones para lograr más suelo industrial en el entorno de la multinacional del automóvil están en punto muerto.

Ésta es una de las principales reivindicaciones de la localidad, especialmente después de que Ford aumentara la carga de trabajo en su planta de la Ribera en 2013. Aquella fuerte inversión, que se ha traducido en la creación de miles de puestos de trabajo, implicó en su momento un crecimiento de la demanda de la marca del óvalo hacia sus proveedores y, por tanto, un interés firme de muchas de esas empresas por instalarse en el parque industrial Juan Carlos I para reducir costes y mejorar en términos de eficiencia. Sin embargo, estas pretensiones chocaron con la escasa disponibilidad de parcelas libres en la zona.

La fuerte inversión requerida, la lentitud de los trámites burocráticos y el hecho de que todavía se tardaría tiempo en tener la ampliación lista para instalar nuevas empresas están detrás del fracaso de la apuesta municipal porque sea la iniciativa privada la que lleve a cabo la obra. Por otro lado, según ha podido saber este periódico, en el entorno empresarial de la factoría se admite que a estas alturas el grueso de las empresas que debían instalarse para proveer a Ford ya lo ha hecho buscando otros emplazamientos, por lo que el interés ha decrecido.

Cúmulo de retrasos

Y esto a pesar de que desde el año 2011 el consistorio tenía aprobado un proyecto de ampliación en previsión de que creciera la demanda de suelo industrial. No obstante, la Generalitat no apostó por la iniciativa, que ralentizó primero y luego se negó a financiar por falta de recursos económicos y alegando temor a impulsar un polígono que después quedara desierto. Para evitar esto último, el Gobierno valenciano pidió al consistorio que justificara la existencia de una demanda real para tomar en consideración la ampliación. Fue entonces cuando la Administración autonómica y la local crearon un registro de empresas interesadas en el que nadie se inscribió porque los empresarios necesitaban respuestas rápidas para instalarse ante la inminente ampliación de la carga de trabajo en Ford y ningún inversor estaba dispuesto a esperar por tiempo indeterminado y dejar pasar la oportunidad de negocio.

Frente a este cúmulo de dificultades con las que se ha encontrado el ayuntamiento „donde todos los partidos demandan la ampliación„, el equipo de gobierno de Compromís y el PP buscó una vía alternativa para la financiación del polígono a través de la iniciativa privada y planteó una actuación menos ambiciosa en cuanto a superficie. Almussafes ha defendido siempre que, pese a la buena situación de sus arcas municipales, afrontar en solitario el proyecto supondría un grave riesgo para la economía del consistorio.

Por tanto, el proyecto queda aparcado al menos hasta que se inicie el próximo mandato municipal tras las elecciones del 24 de mayo a pesar de que en los últimos meses desde el gobierno local se había insistido en que antes de las elecciones la ampliación habría quedado ultimada. La zona que pretendía desarrollarse en este último intento es una área de uso industrial de unos 42.000 metros cuadrados contemplada en el Plan General de Ordenación Urbana de 1994.

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