Una de las peticiones que Pilar Colechá, presidenta del Consell de la Joventut de Sueca, trasladó a los representantes de las candidaturas que acudimos el martes al debate electoral del Casal Jove el, fue la reapertura del cine del Centre Cultural Bernat i Baldoví como una alternativa cultural y de ocio. No hace demasiados años se jubiló el experto operario Ramón Chofre. Este trasladó sus enseñanzas básicas a otro fucionarió que capeó el temporal mientras pudo. Después, por decisión de quienes gestionan el ayuntamiento cerraron «la paraeta». Una de las excusas fue que en el nuevo centro comercial habían proyectadas salas de cine. Nunca se construyeron y, pese a ello, los concejales dieron luz verde al complejo pese a esta carencia, que según se contó, no era la única. Misterios de la política y el compadreo. Colechá pedía, aunque fuera, películas de reestreno ante la dificultad de proyectar las grandes novedades. Y este último extremo no resulta cierto del todo. Ahora, a pesar de que ya no se distribuyen nuevas producciones en celuloide, es más possible que nunca. El DVD hace imposible la excusa de que no existen suficientes copias como sucedía con aquellos pesados rollos del séptimo arte en 35 milímetros. Cierto es que el cine municipal de Sueca necesitaría adaptarse a la proyección digital. El Ayuntamiento de Almussafes lo hizo no hace mucho por unos 50.000 euros. Exhibir estrenos en el Bernat i Baldolví es posible. En más de una ocasión les arrebataron alguna película en primicia que se les había prometido con cierta antelación. Al parecer había presiones de salas comerciales. Ahora, cerradas las salas del Perelló, y muchas más en la Ribera, es factible acceder a los estrenos. ¿Cómo? Constituyendo una federación o plataforma de cines municipales. Debían haberlo hecho ya hace tiempo. Tan sólo hace falta decisión política, ponerse las pilas y arrimar el hombro. Lo demás es eternizar la frase atribuida a Bernat i Baldoví: «Este és el poble señors, / que fiat en tanta oferta, / espera en la boca oberta, / que li caiguen les bacores».
