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Alzira recupera el esplendor naranjero

Unas jornadas de puertas abiertas muestran la rehabilitación de la casa que perteneció al exportador Ramón Flor, sede del futuro museo etnográfico, en la que destacan la monumental «llar» decorada con cerámica del siglo XVIII y los pavimentos

un recorrido por la casa permite contemplar la decoración valenciana y los pavimentos.Vista de la planta baja de la vivienda. Monumental «llar», uno de los elementos más representativos de la Casa Flor. Detalle de una moldura y pinturas del techo. Vista de los pavimentos desde un hueco reservado para equipar el futuro museo. f vicent m. pastor

Cuando el Ayuntamiento de Alzira firmó la opción de compra sobre la casa que perteneció al conocido exportador de naranja Ramón Flor -posteriormente también conocida como Casa Alós-, los técnicos ya advirtieron de que este inmueble que conserva la estructura tradicional de una casa de labranza y la decoración típica valenciana contenía elementos que la convertían en un museo en sí misma. Ocho años después, concluidos los trabajos de rehabilitación, el consistorio ha querido aprovechar la conmemoración del día internacional de los museos para celebrar unas jornadas de puertas abiertas para que los alcireños conozcan el continente de lo que será el museo etnográfico de Alzira, un inmueble que evoca la época del esplendor naranjero.

La casa cuenta con dos elemento que sobresalen y reflejan el nivel económico de los propietarios. Por una parte, la cocina tradicional valenciana -posiblemente la única que existe en el casco urbano-, decorada con cerámica del siglo XVIII y que destaca por la gran chimenea o «llar» en torno a la cual se realizaba la vida. Y, por otra parte, los pavimentos de la planta baja y el primer piso tipo «nolla», unos mosaicos con teselas de tres o por tres centímetros, que corresponden a la gran reforma que Ramón Flor realizó en la casa en el año 1929 como se indica en un mosaico del pavimento, bajo el que se conservaba el piso original de piedra para el paso de los carros hacia el corral. Los técnicos destacan la importancia de estos pavimentos «nolla» por ser de un material que empezó a producirse en el año 1850 a través de una patente inglesa de gres compacto y del que existen pocos ejemplares bien conservados.

Las obras de rehabilitación se han realizado en base al proyecto del director del centro histórico Miguel Vila, mientras que la restauradora del MUMA, Mónica Ibáñez, se ha encargado de recuperar los elementos patrimoniales. El proyecto ha reforzado toda la estructura del inmueble para el nuevo uso, un local público, además de restaurar las rejas, lámparas y la carpintería de la antigua vivienda. Las obras han sido costeadas con una subvención de 400.000 euros aportadas por la Diputación de Valencia y también han dejado preparada la preinstalación de la red eléctrica y los sistemas de seguridad que requerirá como ampliación del museo.

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