La nueva corporación municipal de Cullera es muy distinta de la que se formó en las dos legislaturas anteriores. De la cómoda mayoría absoluta que el Partido Popular ha ostentado desde 2007, se ha pasado a un consistorio local que muestra una mayor pluralidad de partidos y en la que la fuerza dominante ha pasado a ser el PSPV.
El partido socialista que encabeza Jordi Mayor ha conseguido diez ediles (uno más que hace cuatro años) y se ha quedado a un solo paso de la mayoría absoluta. Frente a esa línea ascendente, el PP muestra la cara inversa: se ha desplomado al pasar de once a cinco concejales. Es el último revés que sufre el actual alcalde, Ernesto Sanjuán, tras una legislatura repleta de noticias negativas: el Supremo anuló la tasa de basura, la deuda municipal se disparó hasta extremos incontenibles, fruto de una gestión muy controvertida, y finalmente fue imputado por autorizar un castillo de fuegos artificiales junto a la montaña pese a la advertencia de los bomberos por el peligro que ello representaba. El disparo provocó un incendio forestal que le ha obligado a pasar por los tribunales.
Sanjuán renovó la candidatura municipal con ánimo de reinvertarse, pero muchos de sus electores ya le habían dado la espalda para refugiarse en otras fuerzas emergentes: Gent per Cullera, que ha conseguido dos escaños y Ciudadanos, que se incorporara al consistorio con un edil. La presencia de independientes en las candidaturas ha sido esta vez muy apreciable. Y la edad media de los candidatos también ha disminuido considerablemente.
Jordi Mayor podrá acceder con relativa facilidad a la alcaldía aunque tendrá que pactar para estabilizar su gobierno. Puede elegir entre Compromís, que ha aumentado su representación a 3 ediles, o con las nuevas formaciones políticas: Gent per Cullera o Ciudadanos. Mayor prefiere a Compromís. La otra duda estriba en saber si habrá una coalición de partidos en el gobierno o el líder socialista opta por gestionar el ayuntamiento en solitario y establecer acuerdos puntuales con las otras fuerzas políticas en función de sus necesidades. Eso sí, el que se perfila como nuevo alcalde descarta cualquier tipo de acuerdo con el PP.
Los programas electorales de las diferentes fuerzas políticas municipales son bastante similares. A excepción del PP, todos han prometido realizar una auditoría de las cuentas municipales. Otra de las promesas comunes es la creación de una bolsa de empleo transparente que garantice la igualdad de oportunidades. Uno de los principales problemas de Cullera es el elevado nivel de paro y los partidos habían acusado al PP de impulsar una política clientelar de enchufismo en las contrataciones municipales.
