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La incapacidad para encontrar aliados aísla todavía más al PP

Los populares se quedan como cuarta fuerza en número de alcaldías pese a ser la primera en concejales La izquierda le arrebata 12 varas de mando donde su candidato era el más votado

La incapacidad para encontrar aliados aísla todavía más al PP v. m. pastor

El Partido Popular de la Ribera se ha convertido en la cuarta fuerza política en número de alcaldías, por detrás del PSPV (20), Compromís (11) y las formaciones independientes (6). El exiguo poder institucional que logró el PP el sábado —cinco alcaldías— está muy lejos de la fuerza que se le supone al principal partido en número de concejales, 198 frente a los 163 del PSPV y 106 de Compromís.

La incapacidad para encontrar aliados arrincona irremediablemente a los populares a un rincón del tablero político. En todos los casos donde su acceso a la alcaldía dependía de algún pacto, el PP ha fracasado. La semana pasada un alcalde de izquierdas de la Ribera que buscaba aliados para su investidura evitaba al PP porque lo consideraba un partido «tóxico».

Por cada ocho concejales que obtienen, los socialistas logran una alcaldía. Al PP le sale una alcaldía por cada 39 ediles. En todos los casos donde era posible aliarse contra el PP, ha ocurrido. Si la nueva política es pacto, diálogo y consenso, los resultados del sábado dejan al PP en una situación realmente incómoda y preocupante para sus intereses: Ninguna alcaldía llega fruto de una alianza.

Los populares han perdido la alcaldía de Algemesí ante un tripartito. Vicent Ramón García Mont había sido el candidato más votado con un 12% más de votos que la alcaldesa, Marta Trenzano. Es exactamente el mismo caso que en Alzira donde la soledad del PP en el consistorio le ha llevado a la oposición ante un tripartito. Bastidas logró el 32% de los votos, pero el alcalde será Diego Gómez con el 24%. También han perdido la alcaldía de Villanueva de Castellón, pese a que Salvador Álvarez sumó el 42% de lo votos. Compromís logra la alcaldía con el 25%.

También caen para el PP las alcaldías de Antella, donde la formación de Amparo Giménez había sido la más votada con el 41%; la de Alfarp con el 42 % o la de Catadau donde la lista de Pedro Juan Bisbal era la más votada con el 43% de los sufragios, pero PSPV y Compromís se han hecho con el poder. Precisamente en este ayuntamiento, Bisbal dudaba en la investidura de que el alcalde, Manolo Bono, tuviera suficiente legitimidad con el 27% y Compromís con otro tanto para ostentar la alcaldía. Pero la izquierda responde que juntos suman el 54% y que esa es la fuerza de la democracia.

Lo mismo ha ocurrido en Llombai donde José Forés ha tenido que abandonar la alcaldía pese a ser, con diferencia, el candidato más votado con el 45% de los apoyos y a 38 votos, según el Ministerio del Interior de la mayoría absoluta. Tampoco resisten la alcaldías de Favara o Senyera, donde los populares lograron el 40% o Sollana donde pese al 38% del voto de el PP acaba en la oposición.

Otra de las alcaldías que el PP pierde pese a que era la lista más votada es Sumacàrcer, a 15 votos de la mayoría absoluta. Y un caso paradigmático es Turís, donde los populares han perdido la alcaldía pese a ser la opción preferida por el vecindario. El alcalde, Ismael Corell, de Ciudadanos, logró un 30% menos de voto que Pilar Lozano.

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