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"Malviven hacinados entre ratas; ni un animal vive así"

El vecino de Turís encarcelado en Panamá levantó la huelga de hambre al aparecer el expediente de su traslado a España durante la protesta

"Malviven hacinados entre ratas; ni un animal vive así"

«La Joya» es el nombre de la cárcel de Panamá en la que se encuentra recluido el vecino de Turís Manuel Arcos Gimeno, aunque pocos lujos hay en un centro penitenciario que algunos han bautizado en las redes sociales como «el infierno». «No sé cómo será, pero por las fotos que he visto creo que es la peor que hay en toda Hispanoamérica, conviven con serpientes de un metro y con ratas».

La reflexión que ayer hacía Mercedes Danta, cuñada de Manuel, y que asegura haber seguido con gran atención la serie de documentales emitida por la Sexta sobre las cárceles más peligrosas del mundo, la ratifica Mónica Carrizo, que ha movido cielo y tierra desde Ibiza para conseguir la repatriación de Juan José Marí Cabrales, otro español preso en el módulo de extranjeros de «La Joya» que precisa desde hace años una intervención quirúrgica que no llega. «Es la peor cárcel de Hispanoamérica y, además, una de las más peligrosas», alerta Carrizo, mientras relata que el pabellón número 6 de «La Joya» o «pabellón de extranjeros» es «una nave para unos 200 presos en la que viven 600 personas hacinadas».

Carrizo pone como ejemplo de las condiciones «más que infrahumanas» a las que están sometidos los presos que una de las peticiones que los españoles suelen realizar a la embajada es que les proporcione cajas de plástico «para que las ratas no les rompan la ropa y no se coman la comida». «Ni un animal vive así», incide.

Carrizo explica que la huelga de hambre iniciada el 22 de junio por tres presos españoles, entre ellos Manuel Arcos, y que ayer sólo mantenía Juan José Marí es su reacción a una respuesta de la embajada española en Panamá sobre las atenciones que les presta, que les ha indignado profundamente. Según su relato, esta protesta ha servido para que «mágicamente» aparezcan en el centro penitenciario los expedientes iniciados para el traslado a una cárcel española del vecino de Turís y del otro preso español, por lo que ante esa expectativa ambos levantaron el fin de semana la huelga.

Con todo, Mónica Carrizo señala que, en el caso de Arcos, por la información que conoce, la condena a nueve años y medio de prisión por tráfico de drogas -fue detenido hace tres años cuando actuaba como correo o mula- es firme desde hace año y medio por lo que cumple el requisito para poder solicitar el traslado a una prisión española. «Ya le deben año y medio», subraya, mientras relata que se trata de una situación «injusta», denuncia la corrupción existente en Panamá que también sufren los presos y carga contra lo que considera una actitud pasiva de la embajada española. Este periódico ha intentado recabar la versión del Ministerio de Asuntos Exteriores, aunque fuentes del mismo señalaron que se está recopilando información sobre el caso de estos presos.

Por su parte, la familia de Manuel Arcos tiene previsto reunirse con el alcalde de Turís, Ismael Corell, que ayer dijo no conocer en detalle la situación de este vecino preso en Panamá, aunque mostró su disposición a ofrecer a la familia el apoyo institucional que esté al alcance del ayuntamiento.

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